Pocos casos de infantes son conocidos en el hospital Bloom

b Generalmente se trata de niños que llegan en estado grave después que se les rompe el aneurisma, dicen los especialistas

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Una madre pasa consulta con su hijo ante un neurocirujano del hospital Bloom. Foto EDH / Omar carbonero

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2013-04-28 8:00:00

Las atenciones de infantes con aneurisma cerebral, una dilatación originada en las paredes de las arterias, son escasos en el Hospital de Niños Benjamín Bloom.

De acuerdo con las estadísticas del establecimiento, el año pasado recibieron cuatro pacientes con este problema, y en 2011 solo uno.

Pablo González, neurocirujano de ese centro médico, dijo que generalmente se descubre el problema de aneurisma tras un evento cerebrovascular de tipo hemorrágico, es decir, después de un infarto.

“(Los pacientes) pueden venir comprometidos dependiendo de la cantidad de sangre que se haya acumulado, y el sitio donde esté la lesión”, comentó el especialista.

Previo al infarto, lo común es que los niños sufran un dolor intenso de cabeza, vómitos, convulsiones y pérdida súbita de la consciencia.

González explicó que en estos casos lo que pone en mayor riesgo a los infantes es la acumulación de sangre dentro del cerebro, lo que genera una presión importante.

“Hay algunos pacientes que no logran venir aquí al hospital, que se mueren en su casa o donde sufrieron el evento, y los que logran venir aquí el riesgo de mortalidad también es bastante alta”, acotó el neurocirujano.

En el Bloom cuando reciben un infante con un aneurisma roto lo que se hace es tratar de descomprimir el cerebro para que le llegue oxígeno.

Una de las maneras es realizar una craneotomía descompresiva, se quitan los huesos del cráneo y se deja el cerebro abierto para que se reduzca la presión, en otras ocasiones se realiza la terapia endovascular, pero en el Bloom no disponen de este procedimiento.

Guillermo Lara Torres, neurocirujano pediatra y subdirector del hospital Bloom, manifestó que los aneurismas en niños son de origen micótico (infecciosos), traumas o congénitos.

“En ocasiones que he dado conferencia sugiero a los padres que le hagan caso a un niño con dolor de cabeza, los niños no son fingidores; el síntoma principal es cefalea”, añadió Lara Torres.

El especialista en terapia endovascular, Zanoni Yada, indicó que hay pacientes que nacen con algún defecto de sus arterias y poco a poco se va desarrollando.

En el caso de los traumas sostiene que ocurren en aquellos pacientes en los que se produce una flexión importante del cuello, un golpe frontal, esto es frecuente en niños que juegan en bicicleta.

Los especialistas expresan que los infantes que sufren de un infarto cerebral de tipo hemorrágico tienen una mejor evolución que los adultos porque presentan lo que se conoce como plasticidad cerebral.

“El niño, como el sistema nervioso central está en desarrollo, tiene toda la posibilidad de recuperase”, dijo Lara Torres.

Posterior a superar la crisis, los pacientes deben someterse a fisioterapia para recuperar la función de las áreas dañadas, otros quedan con secuelas permanentes.