Otorgan doctorado honoris causa a KarlHeinz Wolfgang

La Universidad Don Bosco le entregó el reconocimiento

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El rector magnífico Miguel Huguet (izquierda) en la entrega de la distinción al doctor KarlHeinz Wolfgang. fotos edh / jorge reyes

Por Nidia Hernández comunidades@eldiariodehoy.com

2013-04-05 7:00:00

Una vez más fue reconocida labor del doctor KarlHeinz Wolfgang en el país. La Universidad Don Bosco le entregó ayer un doctorado honoris causa en educación, título que se otorga a personalidades que han hecho acciones en favor de la población salvadoreña.

“Significa poner en relevancia a aquellas personas que ayudan de una u otra forma, ya que son solidarias en el campo de la educación y de la salud”, destacó el rector magnífico, Federico Huguet.

Por su parte, Wolfgang se mostró complacido por tan grande distinción y recalcó que su labor seguirá en el país.

“Percibo a El Salvador como una nación dispuesta y abierta para recibir impulso orientado al futuro. Percibo a la Universidad Don Bosco como una institución educativa integral que va desde la parvularia, pasando por una formación técnica hasta alcanzar un estudio académico”, afirmó el condecorado.

También se le otorgó la Medalla San Juan Bosco.

El rector añadió que el acontecimiento representa una muestra de agradecimiento al aporte del doctor, quien es la quinta personalidad que recibe la distinción.

La actividad reunió a personalidades de la institución, amigos y allegados de Wolfgang.

“Es un hombre admirable”, compartió Néstor Amaya, estudiante de la entidad.

Un hombre altruista

El doctor KarlHeinz Wolfgang nació el 7 de septiembre de 1940 en Alemania.

Vivió su niñez en los difíciles años de la Segunda Guerra Mundial, en un país que terminó devastado por la violencia, su estructura productiva destruida y sus finanzas arruinadas. Muchas personas padecieron hambre en los meses que siguieron al fin de la guerra.

Creció junto a cinco hermanos y sin padre; su madre era la única que aportaba al sustento de la casa, ya que los sistemas sociales estaban destruidos, así como el sistema educativo: el niño KarlHeinz comenzó la escuela en un sistema educativo en ruinas. Sin duda, este contexto contribuyó a la formación de un carácter fuerte y autónomo, capaz de soportar condiciones difíciles y afrontar contratiempos severos.

Wolfgang ha desplegado su actividad no sólo en Alemania y Europa, ya que ha trabajado también en América Latina.

En El Salvador ha desarrollado su actividad desde 1991, focalizada en las poblaciones de mayor vulnerabilidad.

Sus obras sociales han sido relevantes en el campo de la educación y de la salud, gestionando colaboración financiera y asistencia técnica para unas 100 instituciones, beneficiando a cerca de un cuarto millón de salvadoreños.