La escasez de recursos ha obligado a que históricamente en el hospital unionense evadan sus responsabilidades, lo que podría acarrearles serias consecuencias a las autoridades del mismo.
Una de ellas, y por la que la Corte de Cuentas de la República ya les ha hecho varios llamados de atención, según sus autoridades, es porque incumplen la destrucción de medicamentos e insumos hospitalarios vencidos.
Esta destrucción debería realizarse cada año, pero en las bodegas tienen almacenados tanto insumos hospitalarios como medicamentos que vencieron en 1992, es decir, hace 21 años.
El médico Óscar Amaya Martínez, encargado de medicamentos e insumos médicos en este nosocomio, explica que tanto la jefatura de farmacia, como la del arsenal, están obligados a informar la cantidad y características de insumos y drogas vencidas cada año, y a ponerlas a disposición de la dirección del centro asistencial, para que sean destruidas.
El primer paso sí lo realizan, pero en los últimos 21 años no han cumplido con la tarea de destruir los medicamentos, porque no hay presupuesto para ese rubro.
“Si vamos a gastar tres, cuatro o cinco mil dólares en destruir medicinas, y yo necesito 70 mil dólares o más para comprar un lote de medicamentos que me permitan cerrar el año, yo defino mis prioridades y destruir medicinas no lo es”, sostiene Amaya Martínez.
Ahora se ha abierto un proceso de licitación para seleccionar una empresa que destruya lo que tienen almacenado en dos bodegas del centro hospitalario.
En esos 21 años han acumulado en dos bodegas medicinas e insumos vencidos por un valor de 77 mil 422 dólares; mismos que ahora están buscando cómo destruirlos, a pesar de que aun hoy no tienen el dinero para hacerlo.
De lo que pretenden destruir, una parte, que corresponde a 40 mil 507 dólares, se compró con dinero del Minsal y son medicamentos; otra, que corresponde a 24 mil 955 dólares, también del presupuesto Minsal, corresponde a insumos hospitalarios y los 11 mil 960 dólares de pérdida corresponde a medicamentos e insumos que fueron donados.
El director del nosocomio, Nelson Antonio Fuentes, afirma que para destruir las medicinas hay que seguir un proceso engorroso que pasa por crear una comisión interinstitucional y, que ya han cubierto este requisito, lo que ha permitido que el Minsal les autorice la destrucción de estos medicamentos e insumos.
Benito Montesinos, jefe de la unidad de contrataciones y adquisiciones del hospital, dice que sospechan que la destrucción de esta medicina podría rondar los cinco mil dólares, porque hace años, cuando todo era más barato, recibieron ofertas por el orden de los tres mil dólares, por el servicio de destrucción.
Entonces los servicios eran más baratos y el cargamento a destruir era menos.
Fuentes dice que tras seleccionar la mejor oferta, la trasladarán al Minsal, ya que tienen la promesa de que les proporcionarán el dinero para realizar la destrucción, y salir de este problema que vienen cargando desde hace un poco más de dos décadas.
No es la primera vez que en el hospital abren un proceso para licitar la destrucción de medicinas, pero en años anteriores, ya con todo el proceso hecho, las autoridades del nosocomio optaron por comprar insumos y drogas, antes que realizar este trámite, porque aseguran que su prioridad es atender a la gente.