Funes: Pandillas no alcanzan el nivel de criminalidad de narcos

El gobernante expuso ayer los logros de la tregua en un foro del Banco Mundial y el BID, en Washington

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El gobernante justificó la tregua de las pandillas durante un encuentro organizado por el Banco Mundial. Foto EDH / EFE

Por Tomás Guevara, corresponsal en Washington

2013-04-18 8:00:00

El presidente salvadoreño Mauricio Funes sentó postura sobre las consideraciones de su gobierno hacia las pandillas, con las que se ha pactado la tregua para disminuir los homicidios en el país, las que dijo no han logrado un nivel de organización tal para considerarlas estructuras criminales como los narcos.

El gobernante expuso la situación ante académicos, representantes de tanques de pensamiento y de organismos multilaterales, invitados a la ponencia organizada por el Banco Mundial y el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), “Inseguridad Ciudadana en América Latina. Una amenaza al desarrollo” a la que asistió como orador principal este jueves en una visita de dos días a Washington.

“Las pandillas en El Salvador, integradas por unos 60 mil miembros en su mayoría jóvenes, aun cuando son estructuras organizadas para delinquir no han evolucionado al punto tal de convertirse en estructuras criminales, como los cárteles de la droga. Sus líderes no tienen los niveles de acumulación ni riqueza que caracteriza a los capos de la narcoactividad”, aseguró Funes al explicar los alcances de la tregua.

Dejó ver que el fenómeno de las pandillas es de menor cuantía si se compara con el narcotráfico, por lo que dijo se ha abierto una oportunidad de ofrecerles una opción económica rentable que los aleje del mundo criminal.

“En términos generales, un pandillero por dedicarse al narcomenudeo o por dedicarse a cobrar lo que hoy llaman una renta, que es una extorsión o por dedicarse al robo o hurto, tendrá en promedio unos $600 o $700 al mes, sustituir ese ingreso para un estado, incluso con pobres recursos y para un país de renta media, no es complicado”, continuó Funes.

Estas declaraciones contrastan, en parte, con la postura del Gobierno de Estados Unidos que considera a las pandillas MS-13 y Calle 18 como estructuras del crimen organizado transnacional y la segunda amenaza a la seguridad interna del país, después del terrorismo.

José Miguel Cruz, profesor asistente de Política y Relaciones Internacionales de la Universidad Internacional de Florida y exdirector del Instituto de Opinión Pública de la Universidad Centroamericana (UCA), dedicado al estudio de las pandillas, considera que esta posición del gobierno -a partir del discurso del presidente Funes- es bastante comprometedora y con alto riesgo, aunado a la ambigüedad con que se está abordando el tema de la tregua.

Este especialista asegura que “peligrosamente” el gobernante está subestimando el papel de las pandillas y más delicado aún tratando de justificar que la existencia de esas estructuras criminales obedece solo a las causas sociales.

“Uno puede entender que el presidente quiere dejar claro que las pandillas son producto de las causas sociales del país, pero la forma en que lo está exponiendo bordea peligrosamente como una justificación”, acotó José Miguel Cruz, luego de escuchar el discurso.

En cuanto a las extorsiones que siguen desangrando al tejido social y productivo del país, a razón de las cuales, el ministro de Justicia y Seguridad Pública, David Munguía Payés, aseguró en días recientes que los pandilleros se hacen un sueldo mensual de unos $500 como productos de las extorsiones; además de comprar armas, drogas y pagar abogados para los detenidos por la justicia.

Funes dijo: “Delitos como la extorsión, el robo y el hurto constituyen el modo de vida de estas decenas de miles de jóvenes; de esa manera se mantienen y ayudan a mantener a sus familias, son los ingresos que les permiten subsistir”, y amplió que con la mayor inversión social de la historia del país con atención a madres solteras, adultos mayores y otros sectores marginados, los pandilleros han entendido esa nueva dinámica de apertura que plantea el gobierno.

También reiteró que “ahora a un poco más de un año de establecida la tregua, la comunidad internacional y sectores internos del país reclaman al gobierno una actitud más protagónica para afianzar este proceso de pacificación”, dijo.

Sin embargo, José Miguel Cruz considera que la ponencia de Funes de este jueves en Washington no despeja las dudas que han surgido en la capital estadounidense, tanto en los entes gubernamentales como en centros de análisis (ver nota aparte), a excepción de la OEA, que se sumó como acompañante del proceso de la tregua.

Se intentó obtener una reacción al discurso del presidente Funes de la embajadora de Estados Unidos en San Salvador, Mari Carmen Aponte, que acudió al evento en el organismo multilateral en Washington; no obstante, la jefa de la misión diplomática dijo que no podía dar una opinión, pero que habría una declaración a su regreso a El Salvador luego de la visita.

Maras fabricarían zapatos escolares

El presidente Funes anunció en el discurso, de cerca de 40 minutos, que su gobierno está consciente de que la tregua por sí misma, pactada por los jefes de pandillas, no es la solución al problema, pero que el Ejecutivo ha visto en ello la puerta de oportunidad que se abre para resolver la criminalidad.

“Esta estrategia se basa en darles más oportunidades y hacerles protagonistas del desarrollo de sus comunidades, estamos conscientes de que una tregua pactada entre dos pandillas rivales, que son las responsables de la mayor cantidad de homicidios que se cometen en el país, que son las responsables del narcomenudeo y de las extorsiones que se realizan, una tregua no es la solución, pero sí crea un ambiente diferente para intentar otras soluciones que son de fondo, integrales, de carácter estructural”, acotó.

Por lo tanto, explicó que la base para sustentarla será la creación de empleos para los pandilleros, además de educación y mejor nivel de vida, pues, agregó, los jóvenes salvadoreños solo tienen dos caminos: “O migrar acá a los Estados Unidos en busca de oportunidades, que el Estado salvadoreño no es capaz de asegurarles, su propio país, o meterse al mundo criminal de las pandillas como una forma de sobrevivencia”.

También trajo a colación la entrega de uniformes, zapatos y útiles escolares que recibe cada año más de un millón de estudiantes de las escuelas públicas, y que ese plan ha generado oportunidades de empleo a miles pequeños emprendedores en todo el país.

Adelantó que en los próximos días hará anuncios sobre la redirección de ese plan hacia los municipios libres de violencia que participan en la tregua y dejó ver que la fabricación de los zapatos y uniformes escolares será asignada a los talleres formados por pandilleros.

“¿Quiénes nos proveen de esos uniformes y de esos zapatos? No una o dos empresas, sino que miles de pequeñas microempresas.

Ellos (los pandilleros) quieren formar parte de esas empresas; en ese sentido vamos a anunciar una serie de acciones en los próximos días y programas a desarrollar en municipios que se han sumado a este proceso y que hemos dado en llamar “Municipios libres de violencia”, ahí se van a redireccionar fondos y acciones para afianzar este proceso que está cambiando la realidad de la seguridad en El Salvador”, dijo Funes.

El gobernante explicó que antes de su gestión, en alusión a los 20 años de ejercicio en el poder de la derecha salvadoreña, existían desde el gobierno hacia la sociedad prejuicios y visiones ideológicas estrechas que sembraban la idea de que un ser humano por la sola convicción de nacer en la pobreza no tenía derechos.