El maratónico trabajo que realiza el criminalista forense Israel Ticas desde 2010 en el interior de un pozo en el municipio de Turín, Ahuachapán, dio sus primeros resultados ayer en la mañana. El forense encontró un fémur y un cráneo, las osamentas podrían pertenecer a una mujer.
Las investigaciones fiscales revelan que la última persona que fue lanzada al pozo por los miembros de la Mara Salvatrucha era una mujer.
Ayer, médicos del Instituto de Medicina Legal (IML) recogieron los huesos y los trasladaron a los laboratorios forenses para sus análisis.
Ticas detuvo la extracción de más huesos, debido a la abundante cantidad de agua que salió del fondo del hoyo. Sin embargo, el forense tiene ya 16 meses de trabajar continuamente en el pozo, apoyado por personal del Ministerio de Obras Públicas y agentes de la Unidad de Mantenimiento del Orden (UMO), con quienes extraerá el agua para poder seguir con las labores de rescate.
A los trabajos se han sumado además el Comando de Ingenieros de la Fuerza Armada y otras instituciones.
Ticas explicó que los cadáveres están a 42 metros de profundidad y hasta ayer había alcanzado unos 40 metros.
“Tengo que trabajar de corrido por más de 48 horas hasta que saque todos los cadáveres. Hay mucho peligro de lluvia y derrumbes en la zona. El agua sale a los 36 metros de profundidad y eso me evita trabajar con normalidad”, explicó el profesional.
El criminólogo detalló que los cadáveres están flotando y es peligroso que la maquinaria (retroexcavadora) los dañe al extraerlos.
“Espero que hayan bastantes cadáveres e identificarlos para que las madres duerman tranquilas y ya no busquen a sus hijos”, razonó Ticas.
Al lugar se presentó el fiscal general, Luis Martínez, quien destacó el trabajo que han realizado los fiscales en toda la investigación y sobre todo el criminalista Ticas. Además agradeció el apoyo de todas las instituciones del Gobierno que han apoyado los trabajos en el pozo.
Martínez indicó que un testigo con beneficios penales (criteriado) ha confirmado al Ministerio Público que los mareros de la Salvatrucha lanzaron a cuatro personas en el hoyo.
Otras fuentes sospechan que en el lugar hay más de 20 cadáveres.
“Vamos a trabajar hasta que saquemos todos los cadáveres. No importan las limitaciones que tengamos acá. Tenemos que aliviar el dolor de las familias”, afirmó el fiscal Martínez.
Ticas sostuvo que un delincuente de la zona expresó días atrás que “en el fondo del pozo hay varios cadáveres, pero también hay una sorpresa en el fondo”.
Es por eso que el criminalista pidió ayer el apoyo de varios expertos en explosivos de la Policía o del Ejército.
En el lugar hay seguridad perimetral por parte de la UMO, Seguridad Pública y por parte de la Fuerza Armada.
Pozo abandonado y construido hace décadas
El pozo que una estructura criminal de la Salvatrucha utilizó como cementerio clandestino fue construido en la década de los 50, aproximadamente, según relata don Óscar, oriundo del caserío La Línea o La Mielera, en el cantón El Zapote, entre los límites de los municipios de Turín y Atiquizaya.
Don Óscar recuerda que todos los pobladores donde se encuentra el pozo se fueron hace muchos años. Estima que desde hace 15 años nadie saca agua de allí ni visita esa zona. “En el tiempo de mi juventud bajé tres veces nada más a limpiarlo. En los terremotos de 2001 tuvo una sequía, pero después de varios años ha vuelto a salir el agua. Hoy tiene varios metros de profundidad”, dijo.
Indicó que hay versiones de que una señora de nombre Emilia está en el pozo.