Nueve diputados tienen llave para voto calificado

Cinco tránsfugas de ARENA, más PDC, CD y 2 de PCN posibilitan la mayoría calificada (56 votos)

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La Asamblea Legislativa tiene desde la renuncia de cinco legisladores de ARENA una nueva configuración y una nueva correlación. foto EDH / archivo

Por Mirella Cáceres politica@eldiariodehoy.com

2013-04-13 7:00:00

El llamado “voto de oro” o la llave para abrir o poner cerrojo a ciertas iniciativas en la Asamblea Legislativa que requieren la mayoría calificada (56 votos) no lo tiene uno ni dos ni tres, lo tienen nueve diputados, cinco de ellos que se autodenominan independientes y cuatro que pertenecen al CD, PDC y PCN.

Ese escenario se desprende de la recomposición que sufre actualmente la Asamblea tras las renuncia de cinco diputados de ARENA y que deja a ese partido con 28 de los 33 curules que los electores le otorgaron el 11 de marzo de 2012.

La población eligió 84 diputados a la Asamblea pero a ningún partido otorgó mayoría. ARENA y el FMLN, los dos partidos con más votos captados en las elecciones pasadas, no lograron la mayoría y han tenido que negociar entre ellos y el resto de partidos: Gana, PCN, PDC y CD, para impulsar sus propias iniciativas.

Antes y después de la renuncia de Rigoberto Soto, Adelmo Rivas, Jesús Grande y Sigifredo Ochoa Pérez en septiembre de 2012, ARENA mantenía la manija para reunir 56 votos que el partido oficial ha necesitado para aprobar, especialmente los créditos internacionales para lograr el funcionamiento del Estado.

Aún para lograr mayoría simple (43 votos) para otras iniciativas, el FMLN debe contar con los 11 votos de Gana, más el voto del PDC, el del CD o uno de siete del PCN.

Con la renuncia de Claudia Ramírez de las filas tricolores el 3 de abril y hoy convertida en independiente, cambiaron las reglas del juego.

En una lectura inmediata, la alianza que han formado FMLN y Gana desde la pasada y legislatura, ha contado con el apoyo ya sea parcial o total de la bancada del PCN, a veces del PDC, CD y hoy de los llamados independientes.

Para que prosperen iniciativas que requieren voto calificado, oficialistas y naranjas ya no tienen que lidiar con los tricolores, sino que deben convencer a los siete legisladores del PCN, a los cinco tránsfugas tricolores, a Douglas Avilés (CD) y a Rodolfo Parker (PDC).

Al preguntarle a algunos de estos legisladores cuánto pesa su voto ninguno admite su valor, pero defienden que no están comprometidos con nadie y que razonarán su voto antes de apoyar las iniciativas que vengan, verán si estas traen un beneficio para el país.

Rodolfo Parker dice estar “consciente que formamos parte del voto 56”, pero prefiere decir que independientemente del proyecto a apoyar lo seguirá haciendo con “absoluta responsabilidad” y “con mucha conciencia”.

Es más, rechaza ser incluido en el llamado “bloque” y se les estigmatice de que buscan un interés político, como cuando se han opuesto a que la Sala de lo Constitucional tenga “poderes ilimitados”.

Rigoberto Soto, extricolor defiende por su lado que tampoco utilizará su voto a la ligera ni perderá su independencia si forman un nuevo grupo parlamentario con los otros disidentes de ARENA.

“Nuestro voto va a estar apegado a la realidad nacional, no va a estar apegado a ningún partido político”, afirma Soto.

Claudia Ramírez ha dicho que su voto no es de oro, plata o cobre, sino que es de quienes la eligieron y que su agenda, ya como independiente, no será “de grupos de poder, sino del pueblo”.

Se intentó hablar con Sigifredo Ochoa y Antonio Almendáriz, pero al cierre de esta nota se encontraban fuera del país.

Avilés ha negado tener un voto de oro y ha rechazado que se le identifique como parte de un bloque, con el que si bien ha votado iniciativas como préstamos, ha tomado distancia en otras como en el tema de la elección de la Corte de Cuentas y el cumplimiento de los fallos de la Sala de lo Constitucional de la Corte Suprema de Justicia.

“Yo lamento que cada vez que un diputado o diputada de ARENA se va, vengan a preguntarle a este servidor cómo va a ser su votación y empiezan a inferir que soy el número 56 o el 55 o el 57. Ya no sé ni que número soy pero la verdad es que yo les pediría revisar mi récord de actuación en la Asamblea”, manifestó Avilés.

En el caso de los diputados, Mario Ponce y Antonio Almendáriz, si bien forman parte de la fracción del PCN, han votado separado de su partido en más de una ocasión; el más reciente ejemplo es la elección de la Corte de Cuentas. Nada más apoyaron el nombramiento de Gregorio Sánchez Trejo pero no el de Silvia Aguilar y Javier Bernal.

Para Ponce, es claro que las disidencias de ARENA cambian la correlación para la votación calificada, pero cree que ese voto calificado o voto 56 “cualquiera puede ser” y que dependerá de los temas que se voten porque dice el PCN no vota en bloque.

Para ejemplificarlo dice que apoyará la reorientación de los $360 millones producto de la venta de bonos y que haber firmado el dictamen es muestra de que va a votar porque se asigne el subsidio al transporte público ($19 millones), al gas licuado ($26 millones) y $315 millones en abono a la deuda de corto plazo de 650 millones.

Decisiones a futuro

En este tema, Douglas Avilés, del CD ya ha sentado su posición: apoya la parte de los subsidios pero dice que analizará la parte del abono a la deuda de corto plazo.

La disidente Ramírez dice que analizará ambos temas.

Parker también respalda con su voto, pues a su juicio, todos los partidos debieran tener “la misión de contribuir a que el Estado funcione” y que “no está bien” que se utilice como tema de oposición partidaria, con fin electoral o de polarización política.

Justifica que es el Ejecutivo el responsable de “tirar” las directrices en materia presupuestaria no los diputados y que ese es el gobierno que el pueblo eligió con toda y su oferta electoral. “No se trata de obstruir los programas de un gobierno que alcanzó por decisión popular”, argumenta el pedecista.

Se supone que este tema, al menos eso es lo que se extrae de la última sesión de la comisión de Hacienda es que la reorientación de $45 millones para el gas y el transporte cuentan con al menos 55 votos, y se estaría a la espera del voto de Ramírez.

Sigifredo Ochoa Pérez votaría a favor. De hecho, el jueves al término de la plenaria trascendió que el dictamen para aprobar este punto no se llevó a votación por la ausencia del extricolor, quien estaba en misión oficial fuera del país.

Otro tema en el que se verán los movimientos de estas cartas es sin duda la elección de la Corte de Cuentas, en la que CD, PDC y seis diputados más del PCN han negado sus votos por Silvia Aguilar y Bernal, quienes renunciaron a sus respectivos partidos para aspirar al cargo de magistrados.

Parker dice que no apoyaron para “no seguir haciendo más grande el problema”; aunque dice que la Sala tiene un buen propósito de que no se elija la Corte de Cuentas con base en cuotas partidarias, tampoco comparte que se violente los derechos (de pertenecer a un partido y aspirar a un cargo público) consagrados en la Constitución”.

Pero hay otro tema y es el temor que surge en organizaciones civiles como las aglutinadas en Aliados para la Democracia, que han expresado que con la renuncia de Ramírez reúnan los 56 votos para tomar decisiones que atenten contra la institucionalidad del país y se enfilen a una posible desarticulación de la Sala de lo Constitucional.

Lo anterior también parte del ya largo conflicto que sostiene un grupo de diputados con cuatro magistrados de la Sala por sentencias que ellos consideran una injerencia en sus facultades legislativas como el avalar las candidaturas independientes, el voto por rostro y la más reciente, la relacionada con la Corte de Cuentas.

Pero la que más roces ha producido ha sido el fallo de inconstitucionalidad que emitió la Sala sobre la elección de magistrados de la CSJ de 2006 y 2012 al punto de que el FMLN, parte del PCN, Gana y PDC demandaron al Órgano Judicial ante la Corte Centroamericana de Justicia (CCJ).

Sobre el temor que vayan a ocupar sus votos para atentar contra la Sala, al menos los diputados consultados dicen que no se prestarán a ello.

Soto, tras la renuncia de Ramírez lanzó una advertencia a la Sala de que ya reunían los 56 votos. Ante eso Ponce dice que “puede suceder cualquier cosa”, aunque aclara que su voto no servirá para hacer “locuras” ni para generar inestabilidad sino al contrario, para generar gobernabilidad”.

Eso sí, sigue defendiendo que los magistrados de la Sala “tienen que hacer su función” y ellos como diputados la suya: legislar. “Y vivimos una confrontación con el poder judicial y no le deja nada bueno al país. El país se merece soluciones a sus problemas”, asegura.

Parker se desliga de esos intentos contra la Sala. “La Democracia Cristiana no va a llegar a esto, que la gente no se confunda… la Democracia no hace tonterías”, sentenció.