SAN MIGUEL. La zona oriental cuenta con una máquina de borrado de tatuajes cuyo valor sobrepasa los 100 mil dólares; sin embargo, el aparato está desconfigurado y nadie pudo operarlo para hacer una demostración ayer durante el acto inaugural del centro de borrado de tatuaje.
La máquina fue donada por el Programa de Prevención de la Violencia Juvenil en Centroamérica (Prepaz) en el marco de la inauguración de la oficina municipal de prevención de la violencia.
Está fue instalada en el centro de gobierno municipal y uno de los componentes que tiene es la del centro de borrado de tatuajes.
El edificio en que funcionará la oficina fue financiado por la Cooperación Alemana (GIZ) que invirtió más de 52 mil dólares.
La inversión constó de la construcción del local, de dos niveles, asi como del equipamiento de mobiliario.
La obra fue ejecutada por la Fundación Salvador del Mundo (Fusalmo).
En la oficina darán consultas sicológicas para jóvenes y los capacitarán en diversas áreas para que puedan optar a un empleo.
Santiago Flores, director de prevención del Ministerio de Justicia, dijo que la máquina les servirá a jóvenes pandilleros o expandilleros que quieran aspirar a un empleo.
Eso porque a través del retiro de los tatuajes pueden tener mayor oportunidad de ser tomados en cuenta para un trabajo.
Pese a que uno de los principales componentes de la oficina es precisamente borrar tatuajes, la máquina estaba desconfigurada.
Sin embargo, fuentes de Prepaz aseguraron que entre hoy y mañana sería configurada, sin llegar a detallar cuándo iniciarían labores de borrado de tatuajes.
Más allá del beneficio de la máquina, un punto rescatable de la oficina es que las instituciones involucradas buscarán proyectos que vayan en beneficio de los jóvenes para enseñarles oficios.
Muestra de ello es que el primer proyecto en esa vía fue precisamente la construcción de la sede municipal contra la violencia.
En este participaron jóvenes que residen en colonias consideradas de riesgo por pandillas, quienes fueron capacitados en una universidad privada sobre las técnicas de construcción.
Fueron ellos los encargados de poner la mano de obra, mientras que Fusalmo supervisó la obra con sus ingenieros.
Todos ellos recibieron ayer un diploma que los acreditó como albañiles y un juego de herramientas.