En Puerto El Triunfo temen salir después de las cuatro de la tarde

Ciudadanos se imponen toque de queda para evitar ser víctima de mareros

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A finales de enero, la PNC y el Ejército reforzaron la seguridad por una ola de asesinatos. foto edh / Francisco Torres

Por Francisco Torres comunidades@eldiariodehoy.com

2013-02-14 7:00:00

USULUTÁN. En el día, el bullicio del comercio y el devenir de las bicicletas, vehículos muy usados en Puerto El Triunfo, esconde una realidad que solo se puede palpar a partir de las cuatro de la tarde, cuando los ciudadanos se encierran en sus casas para evitar ser víctimas de las pandillas y la violencia que estas generan.

De hecho hay dos colonias en las que, afirman los vecinos, nadie entra ni sale después de esa hora y estas son Las Palmeras y La Bolsa.

El temor de los vecinos se incrementó a mediados de enero cuando las pandillas empezaron a asesinar a sus rivales.

La extorsión también causa alarma entre los pequeños comerciantes de la zona, que o se tienen que acostumbrar a compartir sus ganancias o se deciden a cerrar sus pequeños negocios.

El problema es tan serio que según Alberto, un lugareño, decenas de negocios, sobre todo los más pequeños, han cerrado las puertas en los últimos dos años.

Sin embargo, el alcalde de Puerto El Triunfo, Rodrigo Tenorio, afirma que “en el pueblo no hemos tenido cierres de negocios, porque los pandilleros solo se agreden entre ellos y respetan al resto de ciudadanos”.

Empero, Alberto señala rápido hacia una tienda que se ubicaba justo frente a la municipalidad, cuando se le pregunta sobre negocios que han cerrado en estos días.

Ahora los pandilleros de la mara 18 de la zona analizan unirse a la tregua entre pandillas, pero la pandilla rival aún no está en esa lógica, según fuentes policiales.

Expectativa

Pero hablar sobre la tregua es algo que no calma las ansiedades de los vecinos.

Ernesto, otro lugareño, dice que desde hace años el pueblo está tan sumido en la violencia que tendrán que pasar años para que a este vuelva la calma.

Pescadores como Santiago se quejan porque hasta salir a pescar a la Bahía de Jiquilisco se ha vuelto peligroso, porque según él, “a veces los muchachos hacen algo y huyen por la bahía en lanchas y uno se encuentra con ellos y puede ser peligroso si saben que uno los vio escapando”.

Empleados del transporte público hablan del desdén de las autoridades y comerciantes que orientan sus negocios al turismo.

Una de ellas es Maritza, quien resiente que después de la racha de homicidios de enero muy pocas personas llegan al malecón a disfrutar de los mariscos.

Pero Tenorio insiste en que la realidad es otra, muy diferente a la que comentan los afectados. “Aquí nunca me han tocado un turista y eso es porque los muchachos saben que todos ganamos con el turismo”, argumentó.

No obstante, es el mismo edil quien inició las gestiones para que las pandillas se sentaran a hablar de pacificación, porque, contrario a los que señala antes, afirma que ya nadie soporta el acoso de estas estructuras delincuenciales.

En Puerto El Triunfo el problema radica en que en un pueblo muy pequeño hay presencia de las dos pandillas más grandes y se disputan los territorios.

Eso ha generado que incluso los parientes de los pandilleros no puedan llegar a algunos sitios del municipio por miedo a ser sorprendidos por la pandilla rival, lo que los convertiría en un dato más de las cifras de homicidio que registra la Policía y de los que muchos no son aclarados.