La curiosidad de una quinceañera por querer saber quién era El Tortuga —un cabecilla de la Mara 18 que operaba en Panchimalco y a quien las autoridades vinculan a varios homicidios— le costó la vida en marzo de 2011.
Pandilleros afines al delincuente llevaron a la adolescente hasta la ribera del río Las Cascadas, en una zona boscosa de la colonia Santa Marta, del referido municipio, y la asesinaron con saña para luego sepultarla en una fosa clandestina.
Ayer, el criminólogo de la Fiscalía, Israel Ticas, y un grupo de policías recuperaron el cadáver de la víctima. Allegados a la investigación aseguraron que murió decapitada.
Según las fuentes, los verdugos de la adolescente, quien aún no ha sido identificada, enterraron el cuerpo y la cabeza la colocaron debajo de una roca que estaba en el río. Las autoridades no creen que puedan encontrarla, pues ya casi se cumplen dos años del homicidio y la corriente de agua la habría arrastrado.
Álex Ramírez, fiscal de la Unidad Antihomicidios del Ministerio Público aseguró que la jovencita no pertenecía a la pandilla pero sí poseía información sobre el accionar delictivo de esa agrupación.
“Conocía algunas cosas de la mara, sabía quién era El Tortuga aunque nunca lo vio personalmente (…) dentro del pueblo ella preguntó quién era él, alguien de la mara escuchó, le pareció sospechoso, y ese fue el móvil por el que decidieron eliminarla”, relató Ramírez.
Entre víctimas hay un estudiante
A unos 30 metros de donde estaba la tumba de la adolescente, las autoridades también recuperaron el martes anterior el cadáver de un estudiante de entre 15 y 17 años.
Según el informe fiscal, la víctima vestía un pantalón azul y una camisa blanca. Además encontraron dos cuadernos y un bolso tipo morral.
El fiscal Ramírez dijo que hay indicios de que el cuerpo podría ser el de un estudiante que desapareció en 2011.
A un kilómetro y medio de distancia de ambos cementerios clandestinos, el cadáver de otro joven de entre 20 y 22 años fue localizado el lunes enterrado bajo un árbol de mango.
El cuerpo de un tercer sujeto podría ser recuperado hoy de otra fosa clandestina que está situada cerca de una casa destroyer (utilizada para delinquir) situada a la entrada a Panchimalco.
En ese lugar, de acuerdo con el fiscal del caso, los pandilleros se ocultaban para evadir a las autoridades cada vez que hacían operativos.
Los cadáveres de las cuatro víctimas fueron localizados luego de que un marero que ha recibido beneficios penales a cambio de colaborar con las autoridades les reveló dónde estaban los cuerpos.
El delincuente le habría dicho a las autoridades que a los tres hombres los lapidaron y decapitaron porque supuestamente eran algunos de los colaboradores que la mara Salvatrucha tenía en un territorio dominado por la pandilla contraria.
El Tortuga traicionado por sus compañeros
Un operativo realizado la madrugada del pasado 20 de diciembre en Panchimalco, que estuvo encabezado por el director de la Policía Francisco Salinas y el fiscal general, Luis Martínez, permitió la captura de 27 pandilleros del Barrio 18, quienes delinquían en el centro del municipio.
Seis días después, las autoridades capturaron a José Rafael Ortiz Jorge, de 26 años, apodado El Tortuga.
A este sujeto los tribunales comunes y Antimafia lo reclamaban por estar acusado de siete asesinatos registrados entre 2009 y 2011. Tras varios meses de búsqueda entre las zonas montañosas de Panchimalco, la Policía lo detuvo en una colonia de Apopa donde se había ocultado para evadir el operativo policial, sin imaginar que sus mismos compañeros de mara lo delatarían.
A las autoridades se les había dificultado la captura de Ortiz pese a que había una recompensa de cinco mil dólares para quien ayudara a localizarlo.
Aunque las autoridades no vinculan directamente a El Tortuga en la muerte de las cuatro víctimas que se han recuperado desde el lunes en ese municipio, sí se las atribuyen a pandilleros que estaban bajo su mando.
La zona donde se hallaron las tumbas clandestinas están situadas en una “trinchera” del barrio 18, cerca del cementerio de la localidad.