Docentes con dudas sobre la expansión de programa de alimentos

Mined publicó que en 499 centros de Media darán refrigerio

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Por Susana Joma nacional@eldiariodehoy.com

2013-01-06 8:00:00

Los directores de instituciones de Educación Media inician el año con expectativas y muchas dudas ante la noticia de que este año el Ministerio de Educación (Mined) extenderá el Programa de Alimentación y Salud Escolar (PASE) a 499 centros donde se brinda este nivel de enseñanza.

Eso es lo que esa cartera de Estado ha dado a conocer a través de una nota que aparece publicada en su página en internet. La proyección del Mined es la de invertir 24.8 millones en la ampliación del PASE, a través del cual lleva arroz, frijol, azúcar, aceite, bebida fortificada y leche en polvo a los centros.

Los dirigentes de las gremiales docentes Simeduco, Bases Magisteriales y el Consejo de Directores del Institutos Nacionales (Codines) consideran que esto es una buena noticia, pero vislumbran problemas si el Mined no agrega en los presupuestos de las instituciones beneficiadas un monto para cubrir la compra de aderezos, gas y pago de la persona que prepara los alimentos.

La nota que Educación publicó bajo el título “Ampliación del Refrigerio Escolar hasta bachillerato” hace referencia a que la expansión del programa beneficiará a 149 mil 398 estudiantes de bachillerato que están “en condiciones de vulnerabilidad social”. Ellos se sumarán a los 1.3 millones de alumnos de básica que el año pasado fueron atendidos bajo este programa, según datos oficiales.

Renzo Valencia, director nacional de Educación, explicó que el esfuerzo de ampliar el PASE tiene una visión de derecho; pero también reconoce que satisfacer las necesidades alimentarias de este sector significará un reto en cuanto a las condiciones de almacenamiento, capacitación docente, organización docente e infraestructura adecuada.

“Siempre hemos pedido que se amplíe para la gente de bachillerato porque estos estudiantes, debido a su carga académica, permanecen la mayor cantidad de tiempo en las instituciones, y una de las limitantes por la que muchos jóvenes no van a bachillerato es por el pasaje y la alimentación escolar”, dijo Manuel Molina, de Simeduco.

Molina estima que los jóvenes de este nivel educativo invierten entre $1.50 y $2.50 diario en la compra del almuerzo.

“Con esto las familias se podrían ahorrar ese dinero y se incrementaría la asistencia, considerando que algunos centros todavía tienen pendiente el proceso de matrícula (de estudiantes)”, agregó el dirigente sindical.

No obstante, insiste en que si el Mined no incorpora en el presupuesto de los institutos o complejos educativos una suma que les permita costear los aderezos, personal y equipo, ellos tendrán los mismos problemas que hoy en día afrontan la mayoría de escuelas que brindan enseñanza básica para preparar el alimento y variado.

Oscar Melara, director del Instituto Nacional Técnico Industrial (INTI) y síndico del Codines, afirmó que en institutos grandes, como el que dirige, requeriría una logística bien complicada y tener personal a tiempo completo porque hay madres que un día ayudan pero otro ya no quieren hacerlo.

Ahí ese problema sería marcado porque los alumnos llegan desde lugares que están fuera del área metropolitana y en muchos casos las madres trabajan.

Aunque a la fecha ellos desconocen si Educación ya tiene el listado de los centros de Educación Media a los que dará los alimentos. Melara considera que podría tratarse de complejos educativos donde, en los últimos años los directores durante el año suelen escoger a grupos de estudiantes de escasos recursos para darles una porción de lo que cocinan para los niños de Educación Básica.

“Los directores de complejos dicen que se sienten mal de darles alimento solo a los niños de básica, estando allí también los de bachillerato”, agregó Melara tras señalar que él no ha recibido ningún lineamiento al respecto.

Paz Cetino Gutiérrez, de Bases Magisteriales y subdirector del Complejo Educativo Walter Soundy, subrayó que proveer alimento escolar es necesario para los estudiantes de media, pero sería excelente “si se lograran resolver todos los problemas que trae consigo la preparación de los alimentos”.

Según el dirigente de Bases, el PASE tiene una serie de debilidades, y debido a eso muchas instituciones terminan pidiendo el apoyo económico de los padres para comprar lo que hace falta para completar el refrigerio.

Tanto él como el resto de dirigentes y directores saben que a los estudiantes, sobre todo los del área urbana, no les gusta comer el arroz frito solo. “Hay que ponerle salchicha, chile, tomate u otros ingredientes para que no lo terminen tirando”, explica.

En el Walter Soundy invierten entre $60 y $70 semanalmente en la compra de ingredientes mínimos, que le den sabor a la comida: por ejemplo chile, tomate, cebolla.

“Cuando queremos variarle el menú y se nos ocurre darles pupusas tenemos que hacerles de arroz. Uno tiene que mandar uno o dos sacos de arroz al molino y la molida de un saco de arroz vale $10.

Todo esto no lo cubre el Ministerio de Educación.

A esto le suman que la cartera de Estado tampoco provee cocinas, licuadoras, refrigeradoras y utensilios para preparar los alimentos.

Escepticismo y preocupación

El que tomó la noticia aún con más preocupación fue Edgardo Guido, director del Instituto Nacional Alberto Masferrer (INAM).

“A algunos les caerá muy bien, pero otros vamos a tener inconvenientes”, evalúa.

Y es que el educador, al igual que el resto, tiene muy presente que en 2012 tuvieron serios problemas de insolvencia porque el Ministerio de Educación no les desembolsó a tiempo los fondos correspondientes para brindar el servicio educativo gratuito a los jóvenes.

Les dio diciembre pidiendo el dinero para pagar salarios, aguinaldos y las cuentas.

Para los directores esto es sumamente problemático, sobre todo porque tienen prohibido pedir aportes económicos a los padres de familia.

En muchos casos las autoridades escolares buscan esos apoyos durante asambleas generales y a veces lo logran porque ninguna madre quiere llegar a cocinar o estar llevando aderezos, pero en algunos casos no tienen ayuda.

“En una escuela de Santa Tecla, porque durante la prematrícula la directora estaba pidiendo para comprar los ingredientes para la comida, la demandaron”, comentó el director.

“Casi siempre la mayoría de los que llega (a las asambleas) están de acuerdo, algunos pocos dicen que no. El problema es que los que no llegan a las asambleas van a demandar”, precisó.

Guido estima que de acuerdo con lo informado por Educación, el programa se extenderá a la mayoría de instituciones que brindan educación media; pero también señala que les cargará el trabajo administrativo, los gastos y las quejas de parte de las familias.

“Si el gobierno no les provee a los bachilleratos las condiciones necesarias para dar los alimentos, se creará falsas expectativas en los padres, que después no se les podrán cumplir y derivarán en más quejas en contra de los directores”, aseguró.