Realizan una intervención compleja a joven para salvarle el brazo

La paciente tenía el hueso, la arteria, la vena y los nervios cortados. El miembro derecho estaba unido al cuerpo solo por ocho centímetros de piel Joven pasó dos meses y medio ingresada en el hospital Rosales. Ella continúa son su terapia para lograr realizar la mayoría de movimientos

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Realizan una intervención compleja a joven para salvarle el brazo

Por Yamileth Cáceres En twitter:Yamilethivon

2013-01-05 7:00:00

Verónica M. llegó al hospital nacional Rosales con el brazo derecho prácticamente seccionado. Acababa de sufrir un accidente de tránsito.

El motorista del vehículo en el que se conducía perdió el control y volcó en una curva en la carretera de Comalapa. Su miembro superior quedó debajo de la cabina. Las posibilidades de perderlo eran elevadas. Su condición de salud también era delicada.

Una patrulla de la Policía Nacional Civil la trasladó hacia el centro asistencial. Iba desangrándose y con su miembro casi colgando, unido únicamente por una porción de piel de unos ocho centímetros.

Habían pasado casi 30 minutos del vuelco, los cirujanos de trauma la estabilizaron, la hemorragia que había sufrido no le permitía mantener las funciones vitales.

Tras estabilizarla y transfundirle seis unidades de sangre la prepararon para el procedimiento quirúrgico de reconstrucción del miembro.

La joven fue sometida a una operación larga, poco frecuente en el país y que ha dado buenos resultados.

De acuerdo con el cirujano Ángel Doño, la paciente llegó con el brazo casi cortado, los músculos, la arteria, la vena, los nervios y los huesos seccionados.

En ese momento la situación se tornó delicada, porque de la medida que se adoptara también dependía la vida de la paciente: debían decidir si regularizar el muñón o “reimplantar” el miembro.

Doño comentó que en ese caso tenían varios factores a favor: el tiempo que había transcurrido desde el accidente (no pasaba de media hora) y también disponían de 20 unidades de sangre del mismo tipo de Verónica.

El cirujano explicó que si la lesión tiene más de seis horas ya no se repara; ya no hay circulación sanguínea y al implantarlo puede poner en peligro la vida del paciente porque se pudre.

Si no hay suficiente líquido sanguíneo en el banco de sangre tampoco se puede hacer la intervención.

“A partir de que se toma la decisión entonces viene una carrera contra el reloj”, añadió Doño.

Ya en sala de operaciones se le colocaron unos tutores externos unidos por una barra de acero para estabilizar el hueso que estaba partido, luego comenzaron a unir las arterias, la vena, el nervio, los músculos y la piel.

También fue necesario extraer una porción de unos 18 centímetros de la vena safena mayor de la pierna para injertársela en el brazo.

El proceso también implicó realizarle un dreno de la sangre y así evitar que quedara líquido contaminado en su cuerpo.

Juan Antonio Tobar, jefe de Emergencias de Cirugía del Rosales, manifestó que hacer una cirugía de ese tipo, por el grado de destrucción que tenía el miembro y poder salvárselo, representa una gran satisfacción.

Añadió que los resultados exitosos no solo dependen de un médico, sino de un equipo. Desgraciadamente no en todos los casos se puede realizar un procedimiento de este tipo. Además influye el sitio del trauma.

El cirujano comentó que es más complejo implantar una mano que un brazo.

En un miembro superior las estructuras vasculares son más gruesas y se trata solo de un hueso. No se requiere de microcirugía.

De acuerdo con Tobar, al año se atienden a unos 10 pacientes con fracturas expuestas grado 3B o C de diferentes miembros, es decir con una destrucción elevada de la extremidad.

Lo más frecuente que ven son fracturas de pierna, pero por lo general ha pasado mucho tiempo desde el accidente, entonces ya no hay circulación sanguínea.

“Tenemos más casos de regularización de muñón que de una reconstrucción”, dijo Tobar.

El jefe de la Emergencia agregó que “si hay un lesión con una fractura expuesta grado tres C, yo no me atrevería a decir que vamos a terminar resolviendo el problema, porque en esos casos el grado de machacamiento de tejido es tan grande que aunque pueda reconstruirse ya hay un daño severo en los segmentos dístales que no permiten la rehabilitación”.

La recuperación

Después del procedimiento quirúrgico, Verónica pasó a la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI) del Rosales. La operación de la que fue objeto duró un poco más de cuatro horas.

Ya en la UCI, el equipo de especialistas permaneció en constante evaluación de la evolución del “implante”.

Entre los factores que verificaban estaba la circulación sanguínea, el color de la piel y el llenado capilar.

Verónica fue sometida a una serie de injertos para cubrir la parte de la piel que no funcionaba. Todos los días le hacían la curación.

La muchacha fue sometida a unas cinco operaciones para lograr que el brazo funcionara y evitar amputárselo.

“Al momento ella puede mover la mano, o sea que el reparo del nervio fue efectivo. Ella puede mover el antebrazo y puede subir el hombro”, añadió Doño.

Verónica ingresó el 28 de septiembre del 2011 al hospital Rosales y fue dada de alta el 12 de diciembre del mismo año.

Ella sigue en terapia física para poder utilizar el miembro en la mayoría de sus actividades diarias.

Además continúa en control en el hospital Rosales con diferentes especialistas.

En el tratamiento de la joven participaron ortopedas, cirujanos, médicos residentes, médicos intensivistas, cirujanos plásticos, enfermería, entre otros.

El cirujano manifestó que se debe trabajar mucho para que logre una movilidad completa de la mano. Considera que debe ponerse mayor esfuerzo en la motricidad fina (movimientos voluntarios precisos).

“Nunca se recupera la movilidad total, son porcentajes. Las cuestiones finas, por ejemplo, no se recuperan completamente, aun con los reparos que hace neurocirugía”, acotó Doño.

El jefe de Emergencias agregó que si hay lesiones vasculares, nerviosas, o sea con un grado de contaminación elevada, las posibilidades de una reconstrucción son muy difíciles. En estos casos se prefiere amputar y con ello salvarle la vida a la persona.

“Para mí es un caso afortunado porque (Verónica) vino en el momento correcto, a la hora correcta y con el equipo correcto y sin el número de lesiones que llevara a que sea irreversible. Es un éxito, pero no para considerarlo que es algo que uno puede ofrecer en todos los casos”, dijo Tobar.