Los disturbios ocasionados por los excombatientes del Ejército durante el conflicto armado provocaron que casi medio centenar de pasajeros perdiera o retrasara su salida programada para ayer por el Aeropuerto Internacional de El Salvador, en Comalapa.
Susy Ayala, encargada de comunicaciones de la terminal aérea, confirmó que de los vuelos de Avianca TACA programados por la mañana se les reportó que 17 personas no llegaron a tiempo para abordar los aviones debido al congestionamiento vehicular generado por los protestantes, a pesar de que esta y las otras aerolíneas retrasaron las salidas hasta por 30 minutos.
En el caso de American Airlines otros 27 viajeros no lograron llegar a tiempo para el abordaje, y lo mismo sucedió con ocho pasajeros de United Airlines, explicó.
Lastimosamente los vuelos no se pudieron retrasar más tiempo por las conexiones que hacen en otros aeropuertos durante su recorrido, aseguró.
En total son aproximadamente 22 vuelos de las diferentes aerolíneas que ingresan y entran al aeropuerto en Comalapa, entre las 6:00 y 9:00 de la mañana, y que fueron los que mayormente experimentaron el problema, añadió Ayala.
Negociaciones
La vocera confirmó también que la administración del aeropuerto, una vez conocido el problema del congestionamiento provocado por los exmilitares, adoptó la iniciativa de negociar la reprogramación del viaje para quienes no lograron llegar a tiempo.
A algunos de los viajeros se les envió en vuelos posteriores a primeras horas de la tarde, diferente al que habían adquirido su boleto y otros viajarán mañana (hoy), aclaró.
Incluso dijo que Avianca TACA fue más flexible al extender el tiempo de reprogramar cupo para quienes quieran posponer su vuelo hasta el 8 de febrero sin cobrarles ningún recargo, agregó.
Fue así que muchos de los afectados, y luego de que las aerolíneas hicieran consultas con sus lugares de trabajo, especialmente en Estados Unidos, aprovecharon la oportunidad para quedarse un par de días más con sus familiares en El Salvador.
Lo que se hizo en la mañana fue no permitir que los familiares y amigos de los viajeros ingresaran hasta la terraza del aeropuerto a despedirlos por seguridad, finalizó.