Un joven de unos 22 años que estaba extraviado desde el 6 de enero fue encontrado muerto el viernes en la zona conocida como Los Manglares, cantón Los Jiotes, en San Alejo, La Unión.
La víctima, quien vivía en el caserío Benavides, fue asesinada de varios golpes en la cabeza. Fuentes allegadas a la investigación dijeron que la víctima, al parecer, era homosexual y habría sido una expareja quien lo mandó a matar.
Aunque la Policía no vincula a la víctima con grupos de pandillas, no descarta que el homicidio lo hayan cometido miembros del Barrio 18.
En otro hecho, tras varios días de búsqueda, familiares de Cruz Rauda Mejía, de 76 años, encontraron su cadáver en el caserío El Chilar, cantón Agua Escondida, en Opico.
La víctima, quien vivía en Quezaltepeque, salió la noche del martes de su casa, sin decirle a sus parientes hacia dónde se dirigía.
Fuentes policiales informaron que habitantes de la zona conocida como La Laguneta, en El Chilar, fueron quienes descubrieron el cuerpo en estado putrefacto. Asimismo, el cadáver de Gregorio Acosta fue hallado en el cantón La Canoa, Conchagua, La Unión.
En el cantón Chiquihuat, en Sonsonate, cuatro pescadores fueron atacados por enmascarados, uno de ellos murió en el lugar.