SAN MIGUEL. En un pequeño cuarto de una vivienda del barrio San Juan, en el municipio de Uluazapa, aún está encendida una vela frente a una estampa de la Virgen de Guadalupe, una pequeña efigie del Nazareno y la fotografía de Erick Geovanni Estrada.
Es frente a ese humilde altar, donde el pueblo lo ha velado desde la noche del 12 de diciembre cuando desapareció sin dejar rastros.
Hoy lo lloran porque, aunque Medicina Legal aún no da los resultados de la prueba de ácido desoxirribonucleico (ADN), encontraron prendas de Geovanni en un sitio desolado, en el cantón Los Pilones de ese municipio, donde descubrieron un cadáver mutilado. El cuerpo fue hallado el 11 de enero.
Durante un mes, los vecinos respaldaron largas jornadas de búsqueda que organizaron sus parientes, y ahora que las policía investigan el caso ya no como desaparecido, sino como homicidio, se presume que los hechores también ayudaron a buscarlo.
El inspector Max dice que es un caso complejo. Es difícil que este oficial hable de los casos que indaga.
Dice que están cerca de capturar a los hechores, y unos días después de dar esas declaraciones, la Policía detuvo a varios sujetos del municipio, pero por extorsiones y agrupaciones ilícitas.
Otras fuentes policiales sostienen que el asidero del crimen es un viejo noviazgo del joven, cuando trabajaba para una empresa distribuidora de electricidad, con una universitaria y ahora cercana a un pandillero.
Hay otras hipótesis, pero las autoridades se decantan por esta, porque es la más sólida. Ya tienen sospechosos y otros avances de las pesquisas que hasta hoy son reservadas.
La desaparición de este joven y su posterior asesinato sumieron en el luto a Uluazapa, pueblo donde no se había registrado ni un solo homicidio en la última década.
Pero la violencia comienza a llagar a este que es uno de los municipios más pequeños de San Miguel.
Las extorsiones imponen un pesado yugo a muchos, a pesar de que hace meses se desarticuló una red local de chantajistas. Hace una semana arrestaron al remanente.
En el pueblo se habla de maras del municipio, creadas por varias personas deportadas de Estados Unidos.