No existen planes para ordenar ventas en las calles de San Miguel

Son más de cinco mil vendedores los que atestan las calles del centro

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La 2a Calle Oriente, en el centro de la cabecera, es una de las que se encuentra atestada de ventas. En esa vía, el tráfico es lento, pese a ser una de las rutas por donde se moviliza el transporte colectivo. fotos edh / francisco torres

Por Francisco Torres comunidades@eldiariodehoy.com

2013-01-21 7:00:00

SAN MIGUEL. La administración de mercados de San Miguel estima que los vendedores ambulantes y los que tienen champas instaladas en las calles céntricas superan los cinco mil y que en temporadas altas podrían llegar hasta los siete mil comerciantes informales.

Eso tiene inhabilitado el paso de vehículos por lo menos en unas 20 cuadras del centro de la ciudad y en otras 15 los vehículos circulan, pero con dificultad considerable.

El problema real es que la municipalidad no tiene opciones para solucionar este desorden a mediano plazo, según lo ha confirmado el mismo alcalde migueleño Wilfredo Salgado.

Dentro de los ocho mercados que hay en la ciudad, la cantidad de vendedores supera los cuatro mil, y todos los centros de abasto, salvo el San Nicolás, están al máximo de su capacidad instalada, dijeron fuentes municipales.

El verdadero problema es que la única forma de desahogar las calles y facilitar el paso de vehículos en el centro “por ahora es solo una idea; no tenemos nada concreto porque solo se ha mencionado como una idea”, explica el munícipe.

Se refiere al plan que ofertó durante la última campaña de construir un mercado de frutas y mariscos en el sitio donde ahora están el rastro y el tiangue una vez que estos sean trasladados a un moderno edificio.

Pero el gran problema es que la construcción de este rastro sigue entrampada en la burocracia de los ministerios de Salud, Medio Ambiente, Ganadería y del Fondo de Inversión para el Desarrollo Local (FISDL).

Lo cierto es que Salgado deja muy claro que no tiene planeado ordenar el centro.

Este no es un problema nuevo, pero para muchos migueleños la administración actual de la comuna solo ha agudizado el problema.

Para Rafael Medina, un migueleño, nunca se debieron construir puestos de concreto en el parque Barrios, “porque eso les dio fuerza a los vendedores ambulantes”.

Contrario a Medina, hay muchos vendedores que aplauden el hecho de que Salgado sea un funcionario impávido ante el desorden en las calles.

María Gómez, quien se instala a vender verduras en la calle Chaparrastique, asegura que “el alcalde no nos sacará porque él viene de abajo, por eso sabe los sufrimientos de uno para ganarse la vida”.

Vendedores como Adelaida Perdomo, que tiene 10 años ganándose la vida con las ventas en las calles, señala que hay una práctica común que consiste en que los vendedores ofrezcan, a cambio de dinero, los espacios que han tomado en las aceras para instalarse a vender.

“Hay quienes venden esos puestos en mil, 1,500 y hasta dos mil dólares. Yo no podría pagar eso, por eso nunca he buscado un puesto”, dijo.

El alcalde dice que en el único sitio donde hay puestos disponibles es en el mercado San Nicolás, porque “ahí nadie quiere ir, porque no hay rutas de buses cerca”.