Todos debemos unirnos en los planes de reforestación

Empresas privadas pueden financiar, iglesias y clubes desarrollar las tareas de campo o dar mantenimiento. Pero se debe hacer en orden.

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La siembra de árboles debe hacerse de forma oportuna y con especies adecuadas a las condiciones del terreno que se reforeste. foto edh / archivo

Por Mariano Villatoro comunidades@eldiariodehoy.com

2013-01-14 7:00:00

La seguridad alimentaria y la conservación ecológica, son aspecto fundamentales mundiales en relación a la calidad de vida en el planeta.

El cambio climático es un factor relacionado directamente con la conservación ecológica que incide en la seguridad alimentaria.

Uno de los gases más determinantes en el recalentamiento del planeta y generador del cambio climático es el bióxido de Carbono y gracias a Dios todas las plantas lo absorben, se quedan con el Carbono y liberan el Oxígeno biológico que nos permiten respirar, convirtiéndose en las máquinas de hacer oxigeno y reservorio de Carbono.

Una razón más para reforestar, pero de forma ordenada.

Fortalecer la responsabilidad social empresarial en esta época del año es una buena opción, para desde ya planificar las acciones a impulsar. Las empresas pueden financiar la compra de plantas y las comunidades, personas altruistas, escuelas, iglesias, ONG y otras entidades con espíritu del voluntariado, o más bien con una visión futurista realizar campañas de arborización en forma eficiente. Desde el punto empresarial recordemos que la ecología es un buen negocio, pues, es mejor venderle a gente saludable que a gente enferma.

Entre las bondades sobresalientes de los árboles tenemos: mejorar el microclima, permiten infiltrar agua al subsuelo, evitan la erosión, proporcionan alimentos, maderas, medicinas, belleza y evitan el recalentamiento.

Hay tiempo para definir las áreas a sembrar, las especies más adecuadas y los cuidados que requieren.

Se debe aprovechar este invierno y la ubicación geográfica tropical, para mejorar la calidad de vida de las actuales y futuras generaciones.

Todos contaminamos en alguna medida, pero también todos podemos combatir la degradación sembrando plantas y árboles.