Fuera de un centro de votación en Doral, Florida, un grupo de simpatizantes del candidato republicano, Donald Trump amenizaban el ambiente. La mayoría del conjunto eran mujeres, que mostraban carteles en los que se leía “Women for Trump”, Mujeres por Trump, en español.
Ellas lo apoyan, como muchas otras en Miami-Dade, dicen, porque están a favor de una economía libre, que dé más empleos a los ciudadanos estadounidenses y que ponga un freno a la migración ilegal que afecta especialmente a estados como Florida.
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¿Y qué piensan ellas de los comentarios que hizo Trump sobre las mujeres en el pasado? Para Ronda López, estas son únicamente palabrerías; y no solo los hombres tienen conversaciones así, sostiene, sino que también ellas dicen “este tipo de cosas” sobre ellos.
“El respeta a las mujeres con sus acciones. En sus corporaciones, por ejemplo, hay mujeres que ocupan cargos importantes”, comenta López.
“Hillary es un ejemplo del irrespeto a la mujer por parte de un hombre, más allá de las palabras como las de Trump. Su esposo tuvo un amorío con una que no era su esposa. También tuvo que pagar, en 1999, USD $850 mil para que Paula Jones renunciara a acusarle de acoso sexual ante los tribunales”, dice Katrina Vidal, otra de las mujeres que quieren que Trump llegue a la Casa Blanca.