Universitarios piden que los campus sean santuarios de indocumentados

Estudiantes y profesores exigen proteger a sus compañeros sin papeles

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elsalvador.com

Por Agencias Internacionales

2016-11-16 8:00:00

WASHINGTON. Miles de estudiantes y profesores de las principales universidades de Estados Unidos, entre ellas Harvard o Yale, han firmado peticiones para que los centros educativos protejan a estudiantes indocumentados amenazados por las promesas de deportación del presidente electo, Donald Trump. 

Además, anunciaron acciones de protesta en decenas de universidades de todo el país bajo el lema “Campus Santuario” con el objetivo de que se tomen acciones para evitar que estudiantes, ahora protegidos por medidas ejecutivas del presidente, Barack Obama,  sean expulsados del país. 

Más de 4,400 estudiantes y profesores de la Universidad de Harvard han pedido al centro de estudios que tome medidas inmediatas para evitar la deportación de 40 estudiantes indocumentados matriculados y que se nombre a un responsable de diversidad e inclusión. 

Además, solicitan que la iglesia del campus se convierta en refugio para indocumentados, algo similar a lo que piden más de 2,000 firmantes en la Universidad de Yale, que quieren que todo el campus proteja a estudiantes en riesgo de deportación. 

En California, donde se concentra gran número de indocumentados protegidos por el programa de acción diferida o DACA, decretado por Obama y que evita la deportación de jóvenes que han crecido y se han educado en Estados Unidos, se han movilizado en las principales universidades para participar  en las protestas. 

“Campus Santuario” se ha extendido por todo el país y hasta 80 universidades  y centros educativos se sumaron ya a la acción de protesta, que se da después de que el presidente electo Donald Trump prometió deportar  a entre 2 y 3 millones de indocumentados con antecedentes criminales. 

Asimismo, se teme que al llegar a la Casa Blanca Trump dé por finalizada el programa DACA, puesto en marcha por Obama en 2012 y cuya ampliación fue detenida en noviembre de 2015 por un juez, y devuelva el fantasma de la deportación a los jóvenes que llegaron al país con sus padres y que no conocen otro más que Estados Unidos. 

Condiciones

Hay tres condiciones que una universidad debe cumplir para convertirse en un “santuario” para indocumentados, dice María Blanco, del Centro de servicios legales para indocumentados de la Universidad de California-Davis a la página web Inside Higher Ed.

La primera: que la universidad asegure que ICE no entrará a su campus para ejecutar operativos de inmigración sin una orden judicial a menos que haya una circunstancia urgente y extraordinaria; segunda: garantizar que la policía universitaria no cooperará con  autoridades de inmigración en operativos migratorios; y la tercera: que se niegue a compartir información de sus estudiantes “en la medida en que las universidades tengan cualquier expediente que identifique el estatus de sus estudiantes”.

Este último punto es uno de los más delicados. La información de los estudiantes indocumentados acogidos a la Acción Diferida, que los protege de la deportación, está a una base de datos no protegida a la cual el gobierno tiene acceso.

“La gran pregunta es qué hará la administración Trump, si hace algo, con los tres cuartos de millón de nombres en la base de datos de DACA”, dijo a The Washington Post, Terry Hartle, de la organización American Council on Education. De momento, nadie sabe la respuesta.