Ciudad Juárez recibe al Papa en febrero

En 2010 era considerada como la ciudad más peligrosa del mundo. Visitará la Prisión Número 3. Oficiará misa a 50 mt de frontera.

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elsalvador.com

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2016-01-20 9:03:00

CIUDAD JUÁREZ. El polvoriento patio de una cárcel donde los reos sueldan la campana de una torre con miras a la visita del papa Francisco del 17 de febrero es un símbolo de los cambios que ha habido en la otrora infernal Ciudad Juárez, tanto dentro como fuera de los muros del penal.

Algunos ven la visita del pontífice como un reconocimiento a la transformación en uno de los sitios más violentos de la tierra. Para otros, en cambio, es una forma de llamar la atención a los problemas que todavía hay que resolver en esta metrópoli de la frontera con EE.UU. 

El papa hará una inusual visita a la Prisión Número 3, que supo representar el poderío de las pandillas. Bandas enemigas ejercieron alguna vez un control total sobre el penal, se mataban entre ellas a tiros y puñaladas, vendían drogas y se recluían en celdas a las que ellos sólo tenían acceso porque tenían en su poder las llaves. Imponían la disciplina carcelaria y llenaron de grafitos la instalación con capacidad para 3.000 reos.

“Este era el mayor picadero de Ciudad Juárez”, dijo el director de las cárceles del estado de Chihuahua Jorge Bissuet Galarza. Las autoridades finalmente recuperaron el control y hoy reina una calma tal que el papa podrá ingresar y hablarle a los presos, a unos 250 familiares y a un centenar de trabajadores religiosos, bajo la mirada atenta de guardias enmascarados.

En 2010 Juárez era considerada la ciudad más peligrosa del mundo con una tasa de homicidios de 230 por cada 100.000 habitantes. En los primeros 11 meses de 2015, esa tasa era menos de una décima parte, unos 21 asesinatos por cada 100.000 habitantes.

Restaurantes que habían cerrado volvieron a abrir sus puertas y hay cada vez menos tiroteos en la calle. Están regresando los turistas estadounidenses que vienen a cenar y hacer compras atraídos por la devaluación del peso.

Expectación por visita del pontífice
En las calles hay muchos afiches con la imagen de Francisco que dicen “Juárez te recibe con el corazón abierto”, “Juárez es amor. Estamos listos”.

“Esto es lo que hacía falta, que no hablen más de la Juárez de antes, sino que difundan la Juárez de ahora, no la de hace 10 años”, dijo Pedro Martínez, un ingeniero encargado de la construcción de una tarima a unos 50 metros de la frontera desde la que Francisco oficiará una misa para un cuarto de millón de personas, según se estima. Miles más observarán la misa desde el otro lado del río Bravo. La tarima es erigida en un terreno polvoriento con abundante gravilla. Martínez ya ha abierto un sendero junto a una carretera para que Francisco pueda acercarse al río y a El Paso, en Texas. Del lado estadounidense de la frontera, excavadoras trabajan a paso acelerado para limpiar el barro y despejar el lugar.