Las autoridades de Indonesia harán que decenas de cocodrilos resguarden una prisión en la cual permanecen presos condenados por narcotráfico.
Así lo propuso el jefe de la Agencia antidrogas de ese paíz, Budi Waseso, quien aseguró que ya está en misión de recorrer las islas de ese lugar para elegir la ideal donde construir la prisión, una verdadera fortaleza con guardias imposibles de sobornar.
“Vamos a colocar tantos cocodrilos como podamos allí. Voy a buscar el tipo más feroz de cocodrilo”, afirmó entusiasmado Budi Waseso.
El objetivo de esta medida es evitar los sobornos, a los que los vigilantes humanos pueden ceder con más facilidad. Hasta ahora, según el funcionario, no existen cocodrilos que acepten coimas.
Las conversaciones para consolidar el proyecto, entabladas con el Ministerio de Justicia, ya han comenzado. 
La construcción de esta cárcel supone un paso más en las duras medidas tomadas por las autoridades de Indonesia para erradicar el narcotráfico. La pena de muerte para los responsables del comercio de drogas lo prueba. Joko Widodo, el presidente del país asiático, justificó esa dura legislación por la “emergencia nacional” y los estragos que provoca este problema.
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