Guatemala: contabilizan más de un centenar de muertos en alud

Entre los muertos hay al menos 21 niños

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elsalvador.com

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2015-10-04 11:05:00

Las autoridades de Guatemala elevaron hoy a 107 la cantidad de personas fallecidas, incluidos 26 menores de edad, por un derrumbe registrado el pasado jueves en el la ciudad capital del país centroamericano 

El Ministerio Público (MP) guatemalteco confirmó a través de sus redes sociales que los 39 fiscales asignados a la zona de la tragedia han confirmado la muerte de 107 víctimas del deslizamiento, aunque la cifra podría crecer ya que estimaciones oficiales calculan que aún hay 300 personas desaparecidas. 

El director de la estatal Coordinadora Nacional para la Reducción de Desastres (Conred), Alejandro Maldonado, detalló en rueda de prensa este domingo que la entidad que dirige ha documentado 95 víctimas mortales, incluidas 26 menores de edad y 59 personas sin identificar. 

El alud se registró el pasado jueves por la noche en un barrio al sureste de la Ciudad de Guatemala, situado en medio de dos pequeñas montañas, una de las cuales se derrumbó en un sector por las lluvias y enterró a más de 25 metros a un centenar de casas. 

La diferencia entre las cifras de fallecidos del MP y la Conred obedece a que la entidad de socorro debe cumplir con ciertos protocolos oficiales específicos. 

Maldonado estuvo acompañado en la rueda de prensa por la embajadora de México en Guatemala, Mabel Gómez Oliver, cuyo país envió el sábado por la noche un grupo de ayuda multidisciplinario compuesto por 61 personas. 

El contingente de la nación norteamericana incluye elementos de búsqueda, expertos en rescates con perros y miembros de la marina, entre otras entidades mexicanas, para auxiliar a los cuerpos de socorro locales. 

Gómez precisó que el presidente guatemalteco y padre del director de Conred, Alejandro Maldonado Aguirre, se comunicó con su homólogo mexicano, Enrique Peña Nieto, para agradecerle la ayuda. 

El número de personas en paradero desconocido disminuyó progresivamente desde los 600 iniciales estimados el jueves, debido a que se va corroborando que algunos están con familiares o amigos. 

Las labores de rescate se reanudaron este domingo por tercer día consecutivo a las 06.00 hora local (12.00 GMT). 
Más de 150 familias permanecen alojadas en un albergue municipal mientras otras llevaron a cabo este domingo el entierro de sus allegados fallecidos. 
La Conred y los cuerpos de socorro han removido alrededor de 17.000 metros cuadrados de tierra de la zona del alud, que pertenece al municipio de Santa Catarina Pinula, del departamento de Guatemala (centro).

Una masa de tierra y lodo detuvo a medio texto, a media oración, a medio sueño la vida habitual de la familia de Manuel Sandoval y Maritza Aquino.

Era una noche de jueves como otras. La nuera Tanya Garcí­a habí­a llamado a su madre como todas las tardes, pues le preocupaba su presión sanguí­nea. La nieta Melany Sandoval intercambiaba mensajes con un amigo en otro estado de Guatemala, y de repente, la conversación se detuvo.

En total, siete miembros de la familia murieron y cuatro más siguen desaparecidos en la vivienda que Sandoval construyó hace 16 años en el fondo del cañón, donde viví­an él, su esposa Maritza, sus tres hijos y familiares. Ellos son algunos de los 87 muertos, y posible cientos más, que quedaron bajo tierra el jueves, luego de que las lluvias provocaran que la ladera empapada colapsara a las afueras de Ciudad de Guatemala.

Pablo Sandoval, el único hermano sobreviviente, estaba en el trabajo al momento del desastre y dijo que se enteró por un amigo que habí­a sucedido una tragedia en su vecindario. Cuando llegó a casa “solo veí­a tierra, nada más”. Era su trabajo recuperar e identificar los cuerpos. Un tipo robusto, abrazó y compartió lágrimas con varias personas que pasaron por el refugio instalado tras la tragedia en una plaza de la ciudad, con espacio suficiente para colocar siete ataúdes.

“Eramos una familia trabajadora, luchadora, desde mis padres hasta la más pequeña”, dijo. 

El domingo, los rescatistas reanudaron los trabajos para recuperar más cuerpos de los escombros con ayuda de picos y palas. Un funcionario de emergencias dijo creer que hay otras 350 personas desaparecidas. 

Julio Sánchez, portavoz de los bomberos voluntarios de Guatemala, dijo que es posible que la cifra de muertos incremente mientras los cuerpos de emergencia excavan el lugar donde unas 125 casas quedaron enterradas en Cambray, un barrio en el suburbio de Santa Catarina Pinula.

Con el paso del tiempo, hay menor esperanza de encontrar sobrevivientes“Solo un milagro puede salvarlos”, dijo la rescatista Inés de León.

Decenas de familias esperaban afuera de una morgue improvisada ante la llegada de más cuerpos, con la esperanza de encontrar a sus seres queridos.

Sandra Escobar dijo que su madre estaba dentro viendo los cadáveres en busca de familiares, incluyendo tí­as, tí­os, primos y sobrinos. En total, dijo que no tienen noticia de 20 familiares desde el deslave.

Santa Catarina, una municipalidad en el condado de Guatemala, ubicada justo después de los lí­mites de la ciudad, es un suburbio de clase media para trabajadores gubernamentales, vendedores, taxistas y cocineros.

La noche del sábado, gran parte de sus habitantes salieron a la plaza de la localidad, frente a una iglesia blanca con cúpulas en azul claro, donde se realizarán muchas de las misas para los difuntos.

El kiosco central, con su techo de teja roja, estaba lleno de donaciones: leche, jugos, ropa, papel higiénico, arroz.

La gente lloraba en la plaza y en el refugio de Sandoval, donde varios voluntarios cocinaban en ollas grandes arroz, frijoles, pollo y tortillas. La familia extensa de Sandoval se enteró del incidente por el mensaje en Facebook de un familiar.

“Avisa a los familiares que ha habido un accidente”, se leí­a en el mensaje, de acuerdo a Alma Salic, la madre de Tanya Garcí­a.
Muchos condujeron toda la noche desde otras partes de Guatemala, algunos desde la provincia de San Marcos y otros desde Petén.

Eduardo Pérez, de 17 años y quien pasó a rendir el pésame, estaba cocinando la cena colina arriba de donde viví­an los Sandoval, cuando se deslavó la ladera. í‰l y varios más corrieron con palos para intentar rescatar a los atrapados, escalando por los techos para sacar a las personas.

En una casa, logró sacar a dos niños, un adolescente de 16 años y a su madre. “La hermana de 15 años estaba enterrada. Solo se veí­a el brazo y nada más”, dijo.

Las fotografí­as colocadas junto a los ataúdes en el refugio de Sandoval mostraban como sus vidas habituales habí­an sufrido un final abrupto.
Sandoval tení­a trabajos en el gobierno y Aquin trabajaba en una escuela para invidentes. Estaba cerca de jubilarse.

El hijo José Sandoval, conocido como “Johnny”, vení­a accesorios de teléfonos celulares y era gran seguidor del equipo de fútbol Gallos de Zacapa.

“A mi nieto y mi yerno y mi nieto les gustaba jugar fútbol”, dijo Salic. “Era un buen yerno, querí­a mucho a mi hija y mis nietos”.
Su nieto, Bryan Sandoval, de 17 años, fue fotografiado con un gran trofeo tras una competencia de bandas. Era baterista. La hermana mayor, Melany, de 19 años, habí­a terminado el bachillerato y pensaba en trabajar y estudiar leyes.

“Siempre estuvimos juntos. Fuimos de vacaciones juntos, cuando éramos niños, a la casa de mi abuelita en Zacapa”, dijo la prima, Karla Pirir Sandoval, de 27. Rompió en llanto al recordar las navidades pasadas. “Todas las navidades llegaban a comer con nosotros”.