Sanear finanzas, primer reto del nuevo presidente

Analistas coinciden en que próximo mandatario tiene que transmitir confianza a la ciudadanía. 

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elsalvador.com

Por Agencias Internacionales

2015-10-25 9:20:00

Según el director del Centro de Estudios Económicos y Sociales (CEES) de Guatemala, Ramón Parellada, el próximo gobernante se va a enfrentar a “grupos de presión, llámese sindicalistas, contratistas o funcionarios que han creado plazas fantasmas, que tienen arreglos corruptos en sus compras y tráfico de influencias”, dijo al periódico guatemalteco Siglo 21.

Ante esta situación, el analista sostuvo que el nuevo jefe de Estado tiene que “ordenar la casa, barrer bajo todas las alfombras, y si es necesario cerrar una institución y abrir otra”, aseguró, sobre todo con la ventaja de que llegaría a la presidencia con el apoyo de la ciudadanía, luego de la crisis política que ha sacudido a esa nación centroamericana tras los casos de corrupción estatal.

Según cita el matutino guatemalteco, el analista independiente Carlos Aníbal Martínez es de la idea que otra de las prioridades el nuevo presidente debe ser, en los primeros cuatro meses de mandato, recuperar la Superintendencia de Administración Tributaria (SAT).

Si eso no se logra, aseguró, el 2016 será un año fiscal muy complicado, algo que podría dejar como resultado la pérdida de gobernabilidad y un desborde de las demandas sociales insatisfechas.

Martínez también agregó que el gobierno del actual presidente Alejandro Maldonado Aguirre no va a tener el tiempo suficiente para reconstruir la pérdida de confianza en las instituciones, que afecta directamente a la economía. 

“A esto se suma un panorama general de crisis política, lo cual genera un clima económico poco amigable para el desempeño de la actividad pública”, señaló.

Deuda, otro reto
El analista del Ipnusac (Instituto de Problemas Nacionales de la Universidad de San Carlos de Guatemala) Édgar Balsells, manifestó que uno de los grandes problemas que afrontará la nueva administración gubernamental es la creciente deuda pública, que para 2016 se ha propuesto la emisión de más de 11 mil millones de quetzales (más de 1,500 millones de dólares) en bonos del Tesoro, que no tendrán un destino que pueda generarle réditos al país.

“El Gobierno está hundido en funcionamiento y en pago de deuda. No dejó nada en inversión, lo cual es un problema estructural que en un año no lo va a cambiar el próximo presidente”, afirmó Balsells.