Papa dio su última misa en Filadelfia antes de retornar a Roma

Francisco se despidió hoy de la última etapa de su viaje a Estados Unidos, con una advertencia sobre el "desafío urgente" que plantea la protección del medioambiente

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elsalvador.com

Por AP

2015-09-27 4:15:00

El papa Francisco ofició el domingo una misa ante cientos de miles de fieles en el último y más grande evento durante su gira de seis dí­as por Estados Unidos, luego de consolar a las ví­ctimas de abuso sexual por parte de sacerdotes y ofrecer palabras de esperanza a los prisioneros de una cárcel local.

Durante el recorrido en el papamóvil, el pontí­fice saludó al público que aplaudió, gritó, cantó y ondeó banderas en su camino hacia la avenida Benjamin Franklin Parkway, y rumbo al altar al pie las escaleras del Museo de Arte de Filadelfia, adornado con un enorme crucifijo de fondo.

Francisco dijo a los fieles que su sola presencia es “una especie de milagro en el mundo de hoy”, una reafirmación sobre la familia y el poder del amor.

“Ojalá cada uno de nosotros se abriera a los milagros del amor para el bien de todas las familias del mundo”, dijo.

La misa fue un vibrante cuadro de oro, verde y blanco iluminado por el sol de la tarde otoñal. Fue el último evento en la agenda de Francisco, antes de que el pontí­fice de 78 años regresara a Roma.

June Bounds, de 56 años y nativa de Rochester, Nueva York, observó al lado de otros fieles una pantalla gigante instalada en la Alcaldí­a, a unas cuadras de distancia, antes de cerrar los ojos y las lágrimas comenzaran a rodar por sus mejillas mientras iniciaba la ceremonia.

“Es sobrecogedor”, reconoció. “Sientes que eres uno con los demás, ya sea aquí­, en casa o en cualquier parte del mundo”.

Sobre el papa, dijo: “Ha traí­do tanta alegrí­a y al espí­ritu santo a Estados Unidos. No importa si eres o no católico; solo intenta unir a todos por un mundo mejor”.

Los organizadores predijeron cerca de un millón de personas, aunque existí­a el temor de que los fuertes operativos de seguridad que incluí­a procedimientos similares a los utilizados en aeropuertos, barricadas y calles cerradas, hubiera ahuyentado a algunos de los que planeaban asistir.

Rumbo a la misa, Francisco descendió del papamóvil para ver una obra de arte de particular interés para él: Al interior de la gruta en la parte externa de la catedral de Filadelfia habí­a 30,000 moños anudados, cada uno representando una penuria personal o un desafí­o social.

La exhibición fue montada en honor a uno de los cuadros predilectos del pontí­fice: “Marí­a, la que Desata los Nudos”, en la que se observa a Marí­a deshaciendo nudos que representan las dificultades de la vida. La pintura está en una iglesia alemana, en donde el entonces reverendo Jorge Mario Bergoglio la vio por primera vez durante su época estudiantil a mediados de la década de 1980.