Bandera de Estados Unidos vuelve a ondear en Cuba 54 años después

Con el acto simbólico de  la reapertura de la embajada estadounidense en la isla comienza un nuevo proceso en el cual ambas naciones deben resolver sus diferencias como las compensaciones que reclaman, la democracia y Guantánamo, entre otras

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elsalvador.com

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2015-08-14 7:53:00

LA HABANA. Tras una histórica ceremonia encabezada por el secretario de Estado,  John Kerry, en la que se izó la bandera estadounidense en Cuba, funcionarios de la isla y Washington anunciaron que crearán una comisión para la normalización completa de la relación entre ambos países enemistados por más de 50 años.

“Hemos acordado establecer este mecanismo para, no sólo hablar de la relación, sino tomar los pasos necesarios para ver que vaya madurando”, expresó Kerry durante una conferencia conjunta con su colega cubano Bruno Rodríguez.

Los funcionarios, sonrientes y de a rato de trato afectuoso, llegaron juntos al legendario Hotel Nacional de Cuba, que en tiempos anteriores fue uno de los sitios favoritos de los actores de cine de la época dorada y actualmente recibe a miles de turistas.

La comisión binacional trazará una hoja de ruta y comenzará a reunirse en la primera o segunda semana de septiembre, para lo cual una delegación del país norteamericano viajará a la isla, informó Kerry. En este grupo de trabajo se hablará de temas tan disímiles como derechos humanos, seguridad marítima o las compensaciones que tanto piden Estados Unidos por sus empresas nacionalizadas o Cuba por los daños de cinco décadas de hostilidades.

Pero junto con el anuncio también salieron a relucir algunas diferencias: durante su discurso en el izamiento de la bandera en la nueva embajada de Estados Unidos en la isla, Kerry aseguró que su gobierno esperaba ver “una auténtica democracia” en Cuba, donde la gente sea “libre de elegir sus líderes, expresar sus ideas, profesar su fe”.

Rodríguez, que no había asistido a la ceremonia frente al Malecón habanero, replicó que “en efecto tenemos concepciones distintas sobre diversos temas y profundas diferencias. Por ejemplo en relación con el ejercicio de la soberanía nacional, la democracia, los derechos humanos, los modelos políticos y las relaciones entre los estados”.

Agregó que “me siento muy cómodo con la democracia cubana” y explicó que en la isla no hay violencia policial. “Es un tema en el que estamos dispuestos a conversar sobre bases recíprocas y de igualdad soberana en el que nosotros también tenemos mucho que decir”.
Durante la conferencia, Kerry informó además que así como el presidente Barack Obama está trabajando para levantar el embargo al que considera un fracaso para los fines que se impuso -presionar por cambios en el modelo político de la isla- no se prevén modificaciones en la política migratoria, que da a los cubanos estatus de refugiados y beneficios si pisan territorio estadounidense.

Por la mañana y al son de tambores, tres soldados subieron la enseña patria estadounidense a un asta ubicada frente a la sede diplomática con el azul del mar como fondo y en medio de aplausos.

“Sabemos que el camino para unas buenas relaciones es largo”, dijo Kerry en español. “No hay nada que temer”.

Decenas de invitados especiales y centenares de cubanos que se acercaron a la nueva embajada fueron testigos del momento que simbolizó el relanzamiento de las relaciones diplomáticas. Una ceremonia similar tuvo lugar el 20 de julio en Washington con la sede isleña.

Los presidentes Raúl Castro y Obama sorprendieron al mundo en diciembre al anunciar un proceso de normalización de las relaciones diplomáticas como un primer paso hacia nexos estables y fluidos, rotos tras el triunfo de la revolución cubana de 1959.

En estos ocho meses La Habana solicitó el levantamiento total del embargo así como la devolución de la Base Naval de Guantánamo, pero no ha permitido a los emprendedores cubanos hacer importaciones y exportaciones a bajo costo con Estados Unidos.

Kerry viajó con una delegación integrada por su negociadora con las autoridades cubanas, la secretaria adjunta Roberta Jacobson, y senadores como Jeff Flake.