9 muetos y más de 50 heridos dejó una serie de proyectiles de mortero que cayeron en una iglesia católica de Damasco, Siria, así lo dio a conocer el arzobispo maronita Mons. Samir Nassar, en un comunicado enviado a la agencia vaticana Fides.
“Es parte de la guerra en Siria”, dice el Arzobispo Nassar en su llamamiento,“el hecho de vivir bajo bombardeos indiscriminados, como en una especie de ruleta rusa, que siempre es impredecible”.
“De los que han muerto, los supervivientes dicen: ‘por lo menos no tendrán que ver y experimentar esta cruel tragedia sin fin. No verán a sus hijos, amigos y vecinos sufrir y morir por la violencia ciega y el fanatismo sanguinario, incapaces de salvarlos o ayudarlos, sin entender por qué”.
El Prelado dijo que “los que sobreviven entierran a sus muertos, sin poder atender a los heridos, porque carecen de los instrumentos y habilidades necesarias. Ellos se sumergen en la oración silenciosa ante las reliquias de los mártires, que son las semillas de la fe”.