Entre los pobres se despidió ayer el Papa en Sudamérica

Innovador, Francisco fue el primer Papa en adentrarse en los "Bañados", uno de los lugares más pobres de Paraguay

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elsalvador.com

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2015-07-12 8:35:00

Con una misa en “??u Guazu”, una base militar en Asunción, y en la que se congregaron más de medio millón de personas, y con una visita a una de las zonas más pobres de Paraguay, el Papa Francisco se despidió ayer de Sudamérica.

Tras escuchar los dramáticos testimonios de la miseria en la que viven unas 15.000 familias del paupérrimo barrio asunceño de Bañado Norte, un sitio que se inunda y donde reinan el barro, la basura y las chabolas, símbolo de un país donde el 24 % de la población vive debajo de la línea de pobreza, el Papa Francisco criticó a aquellos católicos que no son solidarios.

“Por más que vayas a misa todos los domingos, si no tienes un corazón solidario, no sabes lo que pasa en tu pueblo, tu fe es muy débil, o está enferma o está muerta”, dijo el Papa Francisco ante miles de emocionados fieles.

El Papa, que luego de su discurso pronunció el Padre Nuestro en guaraní, tomó la mano de Francisca de Chamorro, una viuda de 82 años, que llegó caminando ayudada por un bastón.

Luego de Bañado Norte el pontífice dirigió una misa multitudinaria en “??u Guazu”.

Ante un retablo elaborado con miles de semillas y mazorcas, un tributo a la cultura guaraní, Francisco se dejó inspirar para su homilía por la palabra “hospitalidad”.

Hospitalidad, dijo, “es una de las características fundamentales de la comunidad creyente” y agregó que “el cristiano es quien aprendió a hospedar, a alojar”, aseguró.

Respecto a esto, lamentó que a veces la “misión, la evangelización” de la Iglesia “se base en proyectos y programas” y “se entienda en torno a miles de estrategias, tácticas, maniobras, artimañas, buscando que las personas se conviertan en base a nuestros argumentos”.

Para Francisco, evangelizar no es convencer con argumentos o estrategias sino “aprendiendo a alojar”.

El Papa habló de una Iglesia que debe ser “una madre de corazón abierto y que sepa acoger, recibir, especialmente a quien tiene necesidad de mayor cuidado, que está en mayor dificultad”.

Así como, el Pontífice expresó que la Iglesia debe mostrar “hospitalidad” con el hambriento, el perseguido o el desempleado, pero también “con el que no piensa como nosotros, con el que no tiene fe o la ha perdido” y a “las culturas diferentes”.

También se refirió a la soledad “como otro de los males que hacen mucho daño, y que va haciendo nido en nuestro corazón y comiendo nuestra vitalidad”.

En la misa estaban presentes el presidente de Paraguay, Horacio Cartes, y la presidenta de Argentina, Cristina Fernández de Kirchner, entre cientos de miles de fieles del país y los estados vecinos, muchos de los cuales durmieron en el lugar para poder ver al Papa. También se encontraba el canciller de Uruguay, Rodolfo Nin Novoa.

Cartes y Cristina Fernández saludaron al Papa al término de misa. Fernández dialogó brevemente con el pontífice y le entregó un obsequio un viejo recorte de prensa enmarcado, en el que podía leerse un artículo con el título de “Juan XXIII reza por Eva Perón”.

Por la tarde y en la última actividad prevista en su gira sudamericana, el Papa sostuvo un encuentro con jóvenes en la costa de Asunción. Y rumbo al aeropuerto hizo una parada breve en el local del supermercado Ycuá Bolaños, para recordar la tragedia ocurrida en 2004, cuando casi 400 personas murieron en un incendio. —Agencias