Guatemala se une para protestar Contra corrupción

Las redes sociales han sido clave para que cientos de guatemaltecos asistan a las concentraciones contra la corrupción. En El Salvador inician movimientos en esa ruta

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elsalvador.com

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2015-07-15 9:01:00

Guatemala dejó atrás la indiferencia y la tolerancia y se unió, desde abril, a otros países como Brasil, Ecuador, Chile, Bolivia, Venezuela y Honduras, donde la presión popular en las calles exige a los gobernantes parar la corrupción y trabajar por los más pobres en rubros como educación, seguridad, empleo, vivienda y otras necesidades.

El 25 de abril, los guatemaltecos dieron muestras de su repudio a la corrupción y a los políticos. Miles de personas marcharon por diferentes puntos de la ciudad para pedir la renuncia de sus gobernantes ante escándalos de corrupción que revelaron el Ministerio Público y la Comisión Internacional Contra la impunidad (CICIG).

Desde esa fecha, siete protestas han generado presión a los funcionarios que son señalados en las investigaciones. La principal ha sido en contra de la vicepresidenta Roxana Baldetti, a quien el Ministerio Público le ha congelado sus bienes y cuentas bancarias, mientras se siguen las investigaciones por supuesta corrupción.

Muchas de las personas que asisten a las marchas en Guatemala no pertenecen a ninguna asociación o grupo organizado. Simplemente se enteraron a través de redes sociales como Facebook y Twitter.

El director del Grupo de Apoyo Mutuo, Mario Polanco, afirma que no hay un grupo y ninguna persona que se considere la cabeza de todos estos movimientos masivos. Pues no se debe contaminar ese sentir de la población con la política, porque sería “desnaturalizar el objetivo”.

Efecto de la corrupción

En las marchas, la mayoría no viste camisa de color político, tampoco se miran pancartas de organizaciones. Muchos participan a título personal. Las concentraciones son multicolor, asisten académicos, profesionales, indigentes, estudiantes, empresarios y ciudadanos de todo nivel social.

Polanco reconoce que en Apoyo Mutuo hay muchas organizaciones aglutinadas; empero, él mismo propuso que toda persona que asistiera a las marchas, lo hiciera a título personal, sin mantas de organizaciones y sin la participación de sindicatos o movimientos que tradicionalmente se han manifestado en el país.

Polanco señaló que al asistir vistiendo el color de alguna organización, se le restaría objetividad y veracidad a las peticiones de la gente que participa en las marchas.

El profesional afirma: “Todo esto ha sido la gota que derramó el vaso. Ha sido la sumatoria de toda una serie de actos de corrupción que generaron tanto descontento en la población, que terminaron por salir a la calle y salir a protestar”.

“Nadie imaginó que las marchas tuvieran un significado satisfactorio como la renuncia de la vicepresidenta Baldetti, ese fue un triunfo del pueblo”, afirmó Polanco.

Cuando el ánimo y el interés de la población para salir a marchar estaba decreciendo, el Ministerio Público y la CICIG destaparon otro caso de corrupción en el que están involucrados más políticos, y la población vuelve a indignarse y a salir con más ánimo para protestar el siguiente fin de semana.

Muchos guatemaltecos ven las manifestaciones como una nueva oportunidad de pedir un cambio tras sufrir cuatro décadas de guerra y, últimamente, soportar mucha corrupción, violencia, inseguridad y pobreza.

Las protestas iniciaron tras el llamado de dos universidades a través de las redes sociales. La principal propuesta era exigir la renuncia de la vicepresidenta Roxana Baldetti por supuestos vínculos con una red de corrupción en las aduanas del país.

En las redes sociales también se volvieron virales los pronunciamientos en contra del gobierno. Con la etiquetas como #RenunciaYa y #JusticiaYa, los cibernautas alcanzaron un tráfico sin precedente en el país centroamericano y en todo el mundo.

La presión popular fue grande, al punto de que Baldetti dimitió semanas después, como señal de transparencia en el proceso, y se puso a la disposición del Ministerio Público para cualquier investigación.

La misma Fiscal General, Thelma Aldana, quedó impresionada al ver la reacción de las personas que se volcaron a las calles con mucho orden y respeto. La funcionaria calificó a los guatemaltecos como una sociedad exigente y con madurez.

El llamado de las dos universidades corrió como pólvora encendida para que miles de personas lo atendieran y caminaran desde distintos puntos de la capital y la zona rural. Según los cálculos, asistieron más de 30 mil personas a cada protesta.

El éxito de la convocatoria dio fuerzas y ánimo para que desde esa fecha se contabilicen ocho nutridas manifestaciones contra la corrupción. Cada vez las concentraciones han sido mayores. La última, el sábado 4 de julio, ocurrió de noche. Muchos cargaron sus velas y luces en señal de protesta. Las marchas fueron similares a las llevadas a cabo en Honduras.

Las manifestaciones tienen prolongados alcances y réplicas hasta en las pequeñas ciudades y pueblos de Guatemala como: Quetzaltenango, Cobán, Chiquimula, Huehuetenango, Petén, San Marcos, Totonicapán, Sololá y Escuintla, donde miles acudieron a los parques centrales y donde también se arremetió contra los políticos y autoridades locales.

Tras lograr la renuncia de Baldetti, los guatemaltecos tienen acorralado al presidente Otto Pérez Molina, quien está librando un proceso de petición de antejuicio en el Congreso.

En todas las marchas los manifestantes cargaron pancartas contra el mandatario. Según publicaciones periodísticas, en algunas se lee: “Presidente, renuncie por dignidad ya”, “No más corrupción”, “Otto Pérez, Guatemala no te quiere” y “Otto te toca”.

En los actos también participaron un centenar de creyentes cristianos que realizaron otro tipo de manifestación en la Plaza de la Constitución, donde oran por el fin de la corrupción y la solución pacífica de lo que consideran “una crisis de Estado”.

Polanco expresó a El Diario de Hoy que la otra ventaja de destapar la corrupción en Guatemala es que tienen una institución como la CICIG.

“Desde el 2012, El Periódico ya venía señalando el involucramiento de algunos funcionarios, entre ellos, el secretario de la vicepresidenta, Juan Carlos Monzón. Ahora que salen a la luz estos casos, la presión del pueblo es peor”, relata el profesional.

El Gobierno permite las manifestaciones pacíficas

El gobierno de Otto Pérez Molina se mantiene al margen de las protestas. A pesar de la presión en las calles, el mandatario expresa en las conferencias que se mantendrá en su cargo hasta que termine su periodo.

“Yo tengo un mandato constitucional que finaliza el 14 de enero de 2016, voy a seguir trabajando con mucha fuerza, voy a hacer mi mejor esfuerzo para servir de mejor manera a todo el pueblo de Guatemala. Tomo en cuenta esas peticiones, esas demandas, esas reclamaciones que están haciendo, pero voy a cumplir el mandato”, expresó Pérez Molina.

El mandatario permite que las marchas se desarrollen en paz y no hace uso de las fuerzas del orden para impedir los recorridos hacia las plazas y otros lugares.

La Policía se mantiene atenta ante cualquier disturbio, pero sin agredir a los manifestantes y permitiéndoles el libre paso.

El panorama sigue gris para Guatemala, cada semana salen a la luz nuevos casos de corrupción que impulsan a muchos guatemaltecos a salir a las calles a pedir la renuncia de sus gobernantes por los señalamientos en su contra.