Una mujer abrió las puertas de su casa a las cuatro hijas pequeñas de una amiga cuando el cáncer se cobró la vida de su madre demasiado pronto. Laura Ruffina y Elizabeth Diamond eran amigas desde quinto grado, según Today Parents.
Su amistad resistió la prueba del tiempo, ya que ambas mujeres se casaron y formaron sus familias en Buffalo. “Tenía una risa fantástica, la actitud más positiva y era la persona menos criticona que he conocido”, dijo Ruffino a Today.
Pero en agosto del año pasado, Diamond –divorciada y con un ex marido totalmente ausente- recibió una noticia que le cambió la vida: tenía cáncer cerebral. Su estado se agravó rápidamente y era evidente que no viviría mucho tiempo, según Today.
Ruffino permaneció junto a su amiga durante toda la dolorosa ordalía –llevándola en auto hacia y desde sus citas con los médicos y atendiendo a sus cuatro hijas- que tienen desde 5 hasta 12 años. Un día, Diamond le pidió a su amiga el favor supremo: hacerse cargo de sus hijas si moría.
“Tal vez parezca que fue una conversación a fondo, pero en realidad fue muy informal porque naturalmente yo haría eso por ella”, dijo Ruffino. “Haría lo que fuera por ella”. Llegó, tristemente, el día en que Diamond necesitó hacer realidad ese favor. Murió a los 40 años en abril de este año. Ruffino cumplió su promesa y recibió a las hijas de Diamond con los brazos abiertos.
Ella y su marido –que tienen dos hijas propias- efectivamente duplicaron su familia de la noche a la mañana. “No tuve que pensarlo”, dijo. “Si te encomiendan algo, simplemente aceptas el desafío y haces todo lo posible. Es lo que estamos haciendo”. Ruffino dijo que la transición no siempre ha sido fácil, pero no se arrepiente.
“Como ahora somos una familia de ocho, cada comida parece una pequeña fiesta y la ropa para lavar no acaba nunca”, dijo a Today. Una colecta de You Caring en nombre de la familia de Ruffino recaudó más de US$101.000 hasta el momento para ayudar con cosas como un auto más grande y la ampliación de cuartos adicionales para su casa, según la página.
El dinero también se destina a gastos cotidianos como alimentos y ropa. “Es lo más bello que hemos visto”, se lee en la página de You Caring. “La unión de ambas familias es un verdadero testimonio de humanidad. A la familia le cuesta pedir ayuda porque siempre ha sido muy autosuficiente, pero se necesita un pueblo para criar a un hijo”.
