Lula en la mira de la Fiscalía por caso Odebrecht

El arresto del empresario Marcelo Odebrecht, cercano al expresidente, podría dirigir la investigación hacia partido oficialista

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elsalvador.com

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2015-06-20 7:00:00

BRASILIA. El arresto de los presidentes de las dos mayores constructoras de Brasil, por sus nexos con la red de corrupción en Petrobras, puso en alerta al gobierno de la presidenta Dilma Rousseff, a su antecesor Luiz Inácio Lula da Silva y al gobernante Partido de los Trabajadores (PT).

Según reporta el diario Folha de Sao Paulo, el exmandatario dijo a allegados que la prisión del dueño de la constructora Norberto Odebrecht, Marcelo Odebrecht, y del presidente de Andrade Gutiérrez, Otavio Marques de Azevedo, es una demostración de que él será el próximo blanco del juez responsable del caso Petrobras, Sérgio Moro.

Otro de los detenidos el viernes fue Alexandrino Alencar, director de relaciones institucionales de Odebrecht. Según los investigadores, Alencar es uno de los principales enlaces entre contratistas brasileños y políticos de alta jerarquía. Entre otras cosas, Alencar pagó viajes a Lula y al expresidente Fernando Henrique Cardoso, del PSDB.

La empresa Odebrecht fue preseleccionada por la CEL (Comisión Ejecutiva Hidroeléctrica del Río Lempa) en el gobierno de Mauricio Funes (2009-2014) –quien mantuvo una relación muy estrecha con el expresidente brasileño Luiz Inacio Lula da Silva– para continuar con la construcción la represa El Chaparral.

Otra empresa investigada en el caso Petrobras es Intertechne, contratada por CEL para hacer dos diseños de la represa.

Ayer, fiscales federales brasileños confirmaron que están evaluando si investigarán al mismo expresidente Lula da Silva por cabildear en el extranjero a favor de Odebrecht.

La procuraduría dijo en un correo electrónico que una unidad anticorrupción tiene 90 días para decidir si abre una investigación exhaustiva para determinar si el exmandatario estuvo involucrado en el delito de tráfico de influencias por presuntamente influir en líderes extranjeros para conceder contratos inflados multimillonarios a Odebrecht, y por ejercer presión para que el banco de desarrollo de Brasil entregara a la compañía más de $1,000 millones en préstamos con interés bajo desde 2011, después que dejó el cargo.

El temor del exmandatario es que por no tener fuero privilegiado, como tienen políticos en ejercicio de cargos públicos, puede ser llamado a declarar en calidad de testigo, en cualquier momento.

La investigación de la fiscalía a Lula fue publicada primero por la revista noticiosa Época el fin de semana. La revista reportó que los esfuerzos de Lula se enfocaron en proyectos en Cuba, República Dominicana, Ghana y Venezuela, donde Odebrecht obtuvo varios contratos para diversas obras, como la revitalización del puerto Mariel en Cuba.

Las noticias llegan en un momento delicado para el Partido de los Trabajadores, que Lula ayudó a fundar, y para la sucesora que escogió, la presidente Dilma Rousseff, quien está enfrentando turbulencia política y económica por lo que los fiscales han etiquetado como la mayor confabulación de corrupción descubierta hasta ahora en Brasil: un sistema de sobornos en la empresa petrolera estatal Petrobras.

Ni Lula ni Rousseff han sido involucrados en el escándalo de Petrobras, en el cual presuntamente Odebrecht y varias otras empresas de construcción e ingeniería importantes pagaron sobornos a ejecutivos designados políticamente en la compañía petrolera a cambio de obtener contratos con costos inflados.

Fiscales argumentan que parte del dinero fue canalizado a los cofres de campaña del Partido de los Trabajadores y de sus aliados. Más de 50 figuras políticas, incluidos 33 miembros del Congreso, están siendo investigadas en el caso Petrobras.

La compañía dijo que tiene una “relación institucional” con Lula, ya que es un ex presidente, y admite que lo invitó a viajar al extranjero con ejecutivos de la empresa para hablar en varios eventos en los que se buscaba promover a compañía brasileñas y atraer inversión al país.

La empresa además refutó la acusación de que hubo algún vínculo entre su relación con el ex presidente y cualquier préstamo con tasa de interés baja que haya recibido del banco estatal de desarrollo de la nación -conocido como BNDES-, y dijo que sólo 7% de sus ingresos provienen de proyectos que utilizaron algún préstamo del banco.

A su vez, el PT teme, según Folha, que la detención de los empresarios lleve a los investigadores a escudriñar, y eventualmente cuestionar, las finanzas del partido y las de las campañas electorales que llevaron a Rousseff a la Presidencia en las elecciones de 2010 y 2014.

Según la versión periodística, desde finales del año pasado, cuando hacía meses que había estallado el escándalo en Petrobras circulaba en el medio empresarial y político que si Marcelo Odebrecht caía preso, “no lo haría solo”, algo que siempre se interpretó como un recado al PT y a Lula.

Odebrecht “no es solamente la mayor constructora brasileña, lo que conlleva preocupaciones legítimas para una economía ya en depresión y con desempleo en alta, sino que también es una de las empresas más próximas no solo del gobierno, sino también de Lula”, resume el recelo del gobierno, el partido de izquierda y su fundador, el analista político Igor Gielow. —AGENCIAS.