Harold Trinkunas: EE. UU. pedirá resultados a triángulo norte de C.A.

Eso requerirá Congreso para avalar mil millones de dólares para Alianza para la Prosperidad

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elsalvador.com

Por Gerardo Torres Twitter: @GerardoTots Especial desde Washington

2015-04-30 7:00:00

La Alianza para la Prosperidad entre Estados Unidos y el Triángulo Norte de Centroamérica está bajo la lupa del Congreso y debe rendir frutos si quiere recibir financiamiento, declaró el investigador Harold Trinkunas.

En entrevista con El Diario de Hoy en Washington DC, este académico venezolano hace un análisis de la Alianza para la Prosperidad, la legalización de las drogas, la reciente Cumbre de las Américas, el rol de la OEA, la situación política de Venezuela, las elecciones en Argentina y muchos otros temas regionales.

Con respecto a Alianza para la Prosperidad, Trinkunas considera que, en principio, le parece muy buena idea un plan que incluya elementos de seguridad y desarrollo económico, pero también se mostró cauto al mencionar que ya ha habido 3 ó 4 planes de este tipo en la región que no han tenido éxito y se debe analizar qué fue lo que falló. “La interrogante es hasta qué nivel están comprometidas las élites de la región al éxito de Alianza para la Prosperidad”, afirma Harold Trinkunas.

El investigador de Brookings explica que el Congreso de los Estados Unidos exigirá un sistema avanzado de medición de resultados para aprobar los mil millones de dólares que el Presidente Barack Obama ha pedido para financiar la Alianza para la Prosperidad con Honduras, Guatemala y El Salvador. En este aspecto, el venezolano expone que Estados Unidos ha cambiado su forma de otorgar fondos y ha mejorado notablemente sus sistemas de medición de resultados. El método que se utiliza para otorgar los Fondos del Milenio es una prueba de ello. Además, el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), uno de los pilares del plan, cuenta con mecanismos robustos para que los fondos se utilicen de manera eficiente. Pero, sin el compromiso de los sectores más influyentes, ninguno de estos mecanismos será suficiente.

A la pregunta de si Alianza para la Prosperidad es un nuevo Plan Colombia, Trinkunas considera que el enfoque de ambos planes es diferente, pero hay mucho que los centroamericanos pueden aprender de los colombianos. “Plan Colombia fue en éxito no por el aporte que dio Estados Unidos, porque Colombia dio mucho más dinero, sino porque las élites colombianas estaban muy comprometidas con el éxito del plan”, explica.

Recuerda que en un viaje que realizó a Colombia, diversos políticos le comentaron que durante la época del plan, el entonces presidente Álvaro Uribe, puso un impuesto especial para los empresarios y estos estaba tan comprometidos con el éxito de Plan Colombia que, incluso, llamaban al mandatario para preguntarle si podían contribuir más. Trinkunas se pregunta: ¿existe esa voluntad en Centroamérica?

En una reciente conferencia en el Wilson Center, el Presidente de Honduras, Juan Orlando Hernández, expuso que el “éxito de Colombia fue el fracaso de Centroamérica” . Con respecto a esta frase, el investigador de Brookings considera indispensable que los países de Centroamérica y el Caribe trabajen juntos porque sino “puede ser que en el futuro el éxito de Centroamérica sea la falla del Caribe”.

En Washington D.C. todavía se mira con cierto recelo que los ejércitos se involucren en Centroamérica en el combate a la delincuencia, pero Trinkunas cree que si está bien diseñada la misión de los militares y las reglas están claras, las fuerzas armadas pueden apoyar al poder civil. Pero, por último, es indispensable que exista una reforma de los cuerpos de policía en Centroamérica.

El director de la iniciativa para América Latina en The Brookings Institution cree que siempre va a haber crimen, pero los países se deben enfocar en que este no sea violento; por tanto, deben cambiar la actitud de la criminalidad y la Policía debe tener poder de disuasión. “Se deben establecer marcos a la actividad criminal, para que la violencia sea castigada tan severamente que los criminales sepan que el costo de ser violento es demasiado alto y se muevan a otras formas”, explica Trinkunas.

El venezolano compara los niveles de tráfico, producción y consumo de drogas en Asia y Latinoamérica, los cuales son muy similares, pero la gran diferencia es que en Asia no hay violencia. ¿Por qué? “Porque en Asia, el poder del Estado para disuadir a los criminales y contener su actuar violento es superior a Latinoamérica”. Por tanto, el gran reto para Latinoamérica en la siguiente década es descifrar “cómo restablecer la capacidad del Estado y de la Policía para controlar la violencia”.

Diversos líderes regionales han afirmado que la legalización de las drogas disminuiría drásticamente la violencia, pero Trinkunas no cree que esta medida tendría un impacto tan grande y considera que los problemas estructurales que causan la violencia en Centroamérica van mucho más allá del narcotráfico.

El especialista explica que en México la violencia ya no tiene que ver tanto con narcotráfico. Los presidentes Felipe Calderón y Enrique Peña Nieto han logrado fracturar a los cárteles de droga, ya que antes había 5 o 6 grandes y ahora 80 o 100 pequeños, los cuales han cambiado su actividad delictiva de narcotráfico a secuestros y extorsiones, dice y añade que lo mismo pasa en Centroamérica donde gran parte de la actividad delictiva de las maras no se concentra exclusivamente en narcotráfico, sino que se han convertido en una especie de “gobiernito” en algunos territorios donde extorsionan a todos los que viven o trabajan en este. En conclusión dice: “Los costos de usar la violencia son bajos por la baja capacidad disuasiva de la Policía y del Sistema Judicial”.