Miles de niños soldados siguen luchando en conflictos armados

El reclutamiento de gran parte de ellos comienza con 8 o 9 años y abarca su adolescencia

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elsalvador.com

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2015-05-14 10:00:00

MADRID. Obligados a matar, luchar, disparar armas, no sentir miedo ni dolor. Obligados a abandonar de golpe la vida de los niños que son. Su juguete son pistolas, ametralladoras o machetes. El uso de niños soldados en conflictos en el mundo sigue siendo un problema que afecta la sociedad.

La Organización de las Naciones Unidas (ONU) indica que cerca de 300 mil infantes se ven sometidos a ser usados como soldados, lo cual califica como una dramática situación. De hecho, el organismo internacional ha tratado de hacer conciencia al declarar cada 12 de febrero como Día Internacional contra el Uso de Niños soldados, también conocido como el Día de las Manos Rojas.

En ese sentido, las organizaciones Alboan, Amnistía Internacional, Entreculturas, Fundación El Compromiso y Save the Children han denunciado que 18 países reclutan a menores de edad como soldados y, al menos, siete de esos países usan también a niñas como esclavas sexuales en matrimonios forzados o adiestradas también para la guerra.

Además, estiman que 51 grupos armados en esos 18 países reclutan menores, entre estos está Boko Haram (en Nigeria), Seleka y Antibalaka (República Centroafricana), Al Shabaab (Somalia), Estado Islámico (Oriente Medio) y las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC).

Siria, República Centroafricana, Afganistán, Colombia, Costa de Marfil, Filipinas, Irak, Líbano, Mali, Nigeria, Myanmar, Pakistán, Somalia, Sudán del Sur, Sudán, República Democrática del Congo, Tailandia y Yemen son, según Naciones Unidas, los países en los que se reclutan a menores para participar en conflictos armados.

Además, Colombia, Filipinas, República Centroafricana, Somalia, Sudán, República Democrática del Congo y Tailandia utilizan a niñas como esclavas sexuales y en matrimonios forzados.

Estas menores que son reclutadas o secuestradas también son adiestradas para la guerra para llevar armas y para participar activamente en los conflictos armados.

En este sentido, las organizaciones han destacado que la mayor parte de las niñas reclutadas en la República Democrática del Congo son sometidas a esclavitud sexual, mientras que en Sierra Leona un 60 % de las infantes son “bush wives” (esposas de la selva), fenómeno que también se ha documentado en Liberia o Angola.

Explican que se han dado casos de matrimonios forzados en Colombia entre menores y comandantes de las FARC. En estos casos, muchas niñas consienten el matrimonio por razones de seguridad, ya que el estatus de esposa de un mando guerrillero evita que las sigan abusando otros guerrilleros.

Las organizaciones han lamentado que muchas de estas niñas se quedan fuera de los programas de desarme y rehabilitación, como consecuencia de diversos factores asociados a la discriminación de género.

Indican, además, que no todos los casos son de menores reclutados a la fuerza, sino que existen factores que pueden influir para que un menor se una a un grupo armado de manera “voluntaria”.

“En algunos países, unirse a un grupo armado se ve como una salida a situaciones de pobreza extrema, con limitadas oportunidades de empleo y situaciones de inseguridad, en las que la milicia puede proporcionar protección, comida y una familia sustituta”, afirman las ONG.

También la organización española Misiones Salesianas ha denunciado que los menores son utilizados en guerras como soldados. Y señala a grupos terroristas como Boko Haram o Estado Islámico como los que secuestran a niños para utilizarlos como combatientes, escudos humanos, esclavos sexuales o hasta para cometer explosiones suicidas.

“Es una nueva amenaza para los niños, niñas y jóvenes en países como Nigeria, Yemen o Siria”, lamenta Ana Muñoz, portavoz de Misiones Salesianas.

Los ven “rentables”

¿Por qué utilizan a niños en los conflictos armados? David del Campo, director de cooperación internacional y ayuda humanitaria de Save the Children, lo resume en una sola palabra: son rentables.

El experto explica que “además de cobrar poco, mucho menos que los adultos, son muy manipulables, obedientes y normalmente no son una amenaza para los altos cargos del grupo armado”.

Del Campo añade que los menores no ven el peligro en la lucha, son los primeros en avanzar en un combate, en primera línea; si mueren hay más niños que reclutar. Es una cruel realidad, se lamenta el especialista.

Y añade que los ven como grandes espías, como piezas valiosas para los servicios de inteligencia de muchos países, porque “pasan desapercibidos, no se les ve como amenaza entre los adultos”.

Agrega que la edad de reclutamiento empieza entre los 8 y 9 años; “edad en la que su capacidad física les permite tener un mínimo de resistencia a correr, estar muchas horas de pie o sujetar un arma pesada”, apunta el director de cooperación internacional y humanitaria de Save the Children. —AGENCIAS.