ABC: Maduro negoció con Hezbolá células terroristas en Venezuela

El rotativo indica que el acuerdo además amparaba narcotráfico, blanqueo y suministro de armas

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elsalvador.com

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2015-04-21 7:00:00

MADRID. De acuerdo con un artículo escrito por Emili J. Blasco para el diario español ABC, el gobernante venezolano Nicolás Maduro negoció directamente con el jefe de Hezbolá, Hasán Nasralá, el despliegue de células de esa organización terrorista en y desde Venezuela.

En un encuentro entre ambos en Damasco en 2007, concertado por Hugo Chávez, Maduro, entonces titular de Exteriores, abordó un acuerdo marco que amparaba actividades de narcotráfico, blanqueo de dinero, suministro de armas y entrega de pasaportes con Nasralá, que EE. UU. cataloga como terrorista.

Así se revela en “Bumerán Chávez. Los fraudes que llevaron al colapso de Venezuela”, libro que acaba de publicar Emili J. Blasco. El testimonio del encuentro lo aporta Rafael Isea, entonces viceministro de Finanzas y presidente del Banco de Desarrollo Económico y Social (Bandes) de Venezuela. Isea estuvo en la reunión y ha contado su contenido a las autoridades de EE. UU. Muy cercano a Chávez, Isea escapó a Washington en 2013 tras caer en desgracia al comienzo de la presidencia de Maduro.

La cita en Damasco fue probablemente resultado de las conversaciones mantenidas en enero de 2007 por Chávez y el entonces gobernante iraní, Mahmud Ahmadineyad, que significaron un salto en la cooperación de Venezuela con los intereses del radicalismo islámico.

En marzo de ese año entró en servicio un vuelo semanal entre Caracas y Teherán, con escala en una base militar de Damasco, lo que puso el Caribe más rápidamente al alcance de Hezbolá.

Según el artículo, en ese vuelo viajó Isea cuando fue a Damasco. En realidad tomó el avión con destino a Teherán, pues iba a sumarse a la comitiva de Chávez, a punto de comenzar una visita oficial a Irán. Pero en la escala técnica en la capital siria un oficial de seguridad subió al aparato y le pidió que le acompañara: “Tiene que bajarse aquí, tiene una reunión; le está esperando un funcionario de su país”.

Conducido a un hotel, recibió una llamada en su habitación. Era Maduro, quien le pedía que fuera al lugar donde se hallaba. “¿Qué hace aquí Nicolás? ¡Qué raro!”, se dijo. Cuando entró allí, Isea se encontró al canciller venezolano con Nasralá y un traductor.

Al terminar, Maduro e Isea se trasladaron en vuelo privado a Teherán, donde se juntaron con Chávez.

En el marco de esa estrecha relación con Hezbolá, Maduro potenció el papel de Ghazi Nassereddine (también escrito Nasr al Dine), un libanés-venezolano relacionado a la organización que ocupaba el puesto de ministro consejero en la Embajada de Venezuela en Siria.

“Bumerán Chávez” transcribe algunos cables diplomáticos venezolanos que exponen la actividad encomendada a Nassereddine: facilitar visados y pasaportes a miembros de Hezbolá.

En 2008 el Tesoro de EE. UU. incluyó a Nassereddine en su lista negra por ayudar al terrorismo, y en febrero el FBI lo agrega a la lista de personas buscadas.

Esa relación llevó a la presencia en Venezuela de unos 300 operativos de Hezbolá, según un listado que Diosdado Cabello, número dos del régimen, llegó a ofrecer a EE. UU. en un momento en que intentaba congraciarse con Washington para que no se le tuviera en cuenta su implicación personal en narcotráfico.

En esa lista, una docena de personas tenían la consideración de terroristas, según refiere alguien que tuvo acceso a ella. Su principal actividad en Venezuela era la participación en el tráfico de droga y el lavado de dinero para la financiación de la organización.

También hubo intentos de colaboración con los cárteles de México para ganar acceso a la frontera con EE. UU.

En concreto, las agencias gubernamentales estadounidenses detectaron un encuentro con ese objetivo celebrado a comienzos de 2013 en Cancún.