Congreso no impedirá salida de Cuba de lista terrorista

Congresista republicana Ileana Ros-Lehtinen confirma la decisión

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elsalvador.com

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2015-04-24 7:00:00

WASHINGTON. Los republicanos no tratarán de bloquear en el Congreso la decisión del presidente de Estados Unidos Barack Obama de sacar a Cuba de la lista de países patrocinadores de terrorismo, al constatar que legalmente no pueden impedir que el gobierno lo haga.

La congresista republicana por Florida Ileana Ros-Lehtinen iba a introducir esta semana un proyecto de ley en la Cámara de Representantes con el que pretendía bloquear la salida de Cuba de la “lista negra” que elabora el Departamento de Estado, pero finalmente no lo hará, según publicaron medios estadounidenses.

Ros-Lethinen explicó que el Congreso no tiene potestad legal para evitar que Obama saque a Cuba de la lista de países patrocinadores del terrorismo.

Esta situación obligó a que los republicanos decidieran no presentar oposición a la propuesta de Obama.

“No podemos cambiarlo”, reconoció Ros-Lehtinen en una entrevista con la revista “Foreign Policy”. “Nos lo dijeron expertos en reglas parlamentarias: simplemente no se puede hacer”, añadió la congresista republicana de origen cubano.

La congresista, que es abiertamente anticastrista, explicó a la revista que la confusión sobre la autoridad del Congreso para bloquear la decisión de Obama de sacar a Cuba de la lista proviene de un malentendido con la ley Helms-Burton, que en 1996 endureció el embargo económico y comercial contra la isla.

“Una resolución conjunta para derogar la decisión del presidente Obama de sacar a Cuba de la lista de estados auspiciadores del terrorismo no habría tenido las implicaciones de largo alcance que muchos supusieron que podría tener”, explicó la congresista, de acuerdo con una publicación de Telemundo.

Los republicanos pretendían imponer la mayoría que tienen en el Congreso para frenar los planes de Obama.

“En lugar de eso, estamos trabajando para asegurar que toda legislación con relación a Cuba que sea aprobada por el Congreso sea sustanciosa y tenga un efecto legal significativo”, indicó, según el diario Nuevo Herald.

La representante afirmó que ella y sus colegas planean presentar “una legislación de mayor alcance con relación a Cuba que ayude a asegurar que se proteja la seguridad nacional de Estados Unidos, y que nuestra nación continúe abogando por los derechos humanos en la isla”.

Estados Unidos incluyó en marzo de 1982 a Cuba en la lista de Estados patrocinadores del terrorismo durante el gobierno del republicano Ronald Reagan.

Como resultado del acuerdo de diciembre entre Washington y La Habana para reiniciar relaciones diplomáticas, Obama pidió al secretario de Estado, John Kerry, que revisara si Cuba debía ser sacada de la lista, como exigía la isla.

Tras escuchar la recomendación del Departamento de Estado, Obama comunicó el pasado 14 de abril al Congreso su decisión de sacar a Cuba de la lista de países patrocinadores de terrorismo. En la lista -en la que todavía aparecen Irán, Sudán y Siria- se incluye a otros países que a juicio de Washington han ofrecido apoyo reiterado a actos de terrorismo internacional.

La medida, que entrará en vigor 45 días después del anuncio del presidente según las leyes estadounidenses, era una de las exigencias más reiteradas por La Habana en las actuales negociaciones diplomáticas para restablecer las relaciones diplomáticas bilaterales. Cuba saldrá, por tanto, oficialmente de la “lista negra” a finales de mayo.

A la hora de justificar su decisión, la Casa Blanca argumentó que “el gobierno de Cuba no ha brindado ningún apoyo al terrorismo internacional en el último periodo de seis meses”, así como ha asegurado que “no apoyará actos de terrorismo internacional en el futuro”.

Sin embargo, aún hay varios criminales buscados por el FBI que se refugian en la isla.

El anuncio de la salida de Cuba de la lista de países patrocinadores de terrorismo tuvo lugar pocos días después de que Obama celebrara una histórica reunión con su homólogo cubano, Raúl Castro, en el marco de la Cumbre de las Américas en Panamá. Fue el primer encuentro a ese nivel entre ambos países en más de 50 años.