Denuncian “servilismo” del Ejército de Nicaragua hacia Ortega

El diario español El País publica que la jerarquía militar se ha vuelto "Orteguista" y que ahora defiende su interés corporativo

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elsalvador.com

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2015-03-30 7:00:00

MANAGUA. Tras el regreso de Daniel Ortega al poder en 2007, el Ejército de Nicaragua

comenzó a “deteriorarse” desde que dejó de lado su espíritu para obedecer los deseos de su comandante en jefe y dirigente del gobernante Frente Sandinista.

Así lo informa el periódico español El País en un reciente artículo sobre los giros que ha tenido la institución, cuya misión es defender la soberanía nicaragüense.

“El Ejército se jodió en 2007, cuando se le reavivó el corazoncito rojinegro”, explica Roberto Cajina, experto en temas militares y de seguridad, al hacer referencia a los colores rojo y negro de la bandera del Frente Sandinista, dice la publicación.

El experto explica al medio que en realidad “el Ejército nunca dejó de ser Frente Sandinista. El problema es que ahora no sólo es Frente, sino que es orteguista”, asegura.

El periódico reseña que una de las primeras medidas de Ortega en su segundo mandato al volver al poder tras 20 años de liderar a la oposición, fue asegurarse la “obediencia” de la Jefatura del Ejército y de la Policía Nacional.

“El mandatario, a golpe de decretos, fue reduciendo el papel que tenía el Ministerio de Defensa como vínculo entre lo militar y lo civil y ordenó una relación directa entre él y los generales del cuerpo castrense y los comisionados de la policía. Estos lo obedecerían solamente a él”, indica el medio.

El País reseña que Ortega comenzó un proceso de cambio en la Constitución política de Nicaragua, que terminó en 2013 con una reforma apoyada por la jefatura militar en la que el presidente se garantizaba la reelección indefinida y con ella la permanencia en el poder.

El mandatario nicaragüense, cuyo partido controla la Asamblea Nacional, presentó una reforma al Código Militar en la que se eliminaba la prohibición de reelección para el jefe militar.

Sin embargo, en julio del año pasado Ortega informó al país, a través de su esposa y vocera oficial, Rosario Murillo, que había ordenado que el jefe del Ejército de Nicaragua, el general Julio César Avilés, se mantenga en su cargo, rompiendo de esta manera el cambio periódico que se realizaba cada cinco años en la jefatura militar.

“La decisión causó malestar entre los militares retirados y el pasado 21 de febrero los exjefes del Ejército, de forma elocuente, no asistieron a la investidura de Avilés, que marchó a la par de Ortega en un acto oficial cuyo escenario estaba engalanado con las banderas rojinegras del FSLN”, informa el diario.

Asimismo, El País apunta que el Ejército ha sido duramente criticado por organizaciones de la sociedad civil tras la “dura represión” desatada contra miles de campesinos que han protestado contra el proyecto del Canal Interoceánico, una megaobra valorada en $50,000 millones que ha sido concesionada a un empresario chino desconocido, Wang Jing.

La construcción del Canal afectaría una amplia región de Nicaragua, lo que haría necesario expropiar miles de hectáreas en la zona, afectando a más de 30,000 personas.

También señalan que militares del Ejército se han dado a la tarea de custodiar a los trabajadores chinos que realizan censos en la ruta canalera y se han encargado de resguardar intereses de la empresa china HKND (encargada de construir el canal en Nicaragua), según denuncias hechas por organizaciones de derechos humanos, dice el medio.

Defienden su interés económico

Otra de las denuncias plasmadas en la publicación de El País es que el Ejército ahora también se dedica invertir en la bolsa de valores.

“El Ejército es señalado por convertirse en una gran corporación, con intereses económicos en el sector financiero, acciones en la Bolsa de Valores de Estados Unidos, inversiones en el sector de salud, inmobiliario y de la construcción, ferreterías, hoteles, industrias farmacéuticas, entre otros, con activos que en 2009 superaban los 42 millones de dólares”, afirma el periódico.

El medio cita a Elvira Cuadra, directora del Instituto de Estudios Estratégicos y Políticas Públicas (IEEPP), especializado en temas de seguridad y gobernabilidad, quien señala que “el patrimonio del Ejército ha crecido hasta vincularse con sectores clave de la economía, entró a competir con otros fuertes grupos económicos”.

Cuadra añade en la publicación que “eso desvirtúa la función para la que el Ejército ha sido creado y su naturaleza como institución que debe estar en función de la protección del Estado y su soberanía”.

También el analista Roberto Cajina, consultado por El País, coincide en que “el Ejército dejó de ser una institución que defiende la soberanía para ser un cuerpo corporativo que defiende sus intereses”.

Y agrega: “Pero ahora los intereses corporativos de Daniel Ortega se conjugaron con los de la jerarquía del Ejército”.

Cajina también señala al diario español que “el Ejército se ha dejado copar por Ortega” y “deja que, por protección de sus intereses corporativos, los maneje a su manera”.