El capitán del crucero de lujo Costa Concordia fue sentenciado a 16 años de cárcel al ser declarado culpable de diversos cargos de homicidio.
Francesco Schettino no estaba presente en el tribunal cuando el juez Giovanni Puliatti leyó el veredicto el miércoles por la noche en un teatro de Grosseto, Italia.
Con el veredicto y la sentencia se cierra un juicio que comenzó en julio de 2013.
El crucero zozobró el 13 de enero de 2012 frente a las costas de la isla italiana de Giglio y murieron 32 personas.
El capitán fue acusado de homicidio, de causar el naufragio y de abandonar el barco antes de que se evacuara a todos los 4,200 pasajeros y tripulantes.
El buque se estrelló contra un arrecife cuando navegaba demasiado cerca de la isla de Giglio.
En una declaración previa Schettino dijo su “cabeza fue sacrificada” para salvaguardar intereses económicos.
El capitán se deshizo en lágrimas y no pudo terminar su declaración ante el tribunal de tres jueces antes de que los magistrados se retiraran para deliberar la sentencia.
En su último alegato, los abogados de Schettino pidieron al tribunal que tuviera en consideración los errores de otros tripulantes, y no sólo la conducta del capitán.
Cinco empleados de Costa Crociere SpA, incluyendo cuatro miembros de la tripulación, pudieron llegar a un acuerdo con las autoridades. Ninguno fue a prisión.