SAO PAULO. Los brasileños volvieron ayer a salir a las calles de Sao Paulo y Río de Janeiro contra el aumento de la tarifa del autobús, una protesta que en la capital paulista acabó siendo dispersada por la policía con bombas de gas lacrimógeno.
En Sao Paulo, unas tres mil personas, según cálculos de la Policía Militarizada (PM), protagonizaron la segunda marcha del año contra el incremento del transporte público, detonante de las masivas manifestaciones que en junio de 2013 sacudieron el país en demanda de mejores servicios públicos.
La manifestación comenzó de forma pacífica en la principal avenida de la ciudad, pero horas más tarde se registraron algunos enfrentamientos entre participantes y agentes de la policía en las proximidades de la Alcaldía de Sao Paulo.
El nuevo precio en Sao Paulo para autobuses, trenes metropolitanos y metro pasó a regir este mes con un aumento de 3.0 a 3.5 reales (de unos 1.13 a unos 1.32 dólares), con tarifa gratuita para estudiantes de baja renta.
En Río de Janeiro la protesta fue contra del incremento de los precios de los billetes de los autobuses.—AGENCIAS.