Identifican primera víctima de vuelo AirAsia; hallan octavo cuerpo

Su cuerpo, en un pulido ataúd oscuro cubierto con flores, fue entregado a su familia en una breve ceremonia en un hospital de la policía en Surabaya, la ciudad indonesia de donde despegó el avión

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elsalvador.com

Por AP

2014-12-31 6:30:00

Un pasajero del vuelo 8501 de AirAsia se convirtió el jueves en la primera víctima del accidente cuyos restos fueron devueltos a su familia, una de los muchos dolorosos reencuentros que quedan por llegar, mientras los equipos de búsqueda luchaban contra el viento y la pesada lluvia para encontrar a las más de 150 personas que siguen desaparecidas.

La identidad de Hayati Lutfiah Hamid fue confirmada por sus huellas dactilares y otros medios, dijo el coronel Budiyono de la Unidad de Identificación de Ví­ctimas de Desastres de Java Oriental.

Su cuerpo, en un pulido ataúd oscuro cubierto con flores, fue entregado a su familia en una breve ceremonia en un hospital de la policía en Surabaya, la ciudad indonesia de donde despegó el avión. Un miembro de la familia lloraba mientras poní­a sus manos sobre el féretro.

Después de que un clérigo musulmán dijese una oración por los muertos, el ataúd fue llevado inmediatamente a un pueblo sepultado en una fosa con barro, siguiendo las directrices del islam que dicen que los fallecidos deben enterrarse con premura. Un imán pronunció una sencilla oración ante unas 150 personas reunidas bajo la llovizna, y los asistentes depositaron flores rojas sobre el montí­culo de tierra húmeda con una pequeña lápida blanca.

El vuelo 8501 se estrelló el domingo en el mar de Java con 162 personas a bordo. Hasta el momento se han recuperado ocho cadáveres, incluyendo uno que fue trasladado el jueves a Pangkalan Bun, la localidad más próxima al punto donde se avistaron restos por primera vez el martes.

La temporada de lluvias en Indonesia, el clima ha impedido con frecuencia que helicópteros y buzos pudiesen trabajar mientras que las fuertes corrientes han mantenido los restos en movimiento.

La marina de Singapur envió un vehí­culo submarino no tripulado capaz de rastrear el fondo marino para intentar ayudar a localizar los restos de la aeronave y las importantí­simas “cajas negras”. Indonesia está empleando un barco para la detección minas y otra nave de investigación privada especializada en cartografí­a marina, al tiempo que se desplegaron aviones capaces de detectar metales.

Estamos “centrados en encontrar el cuerpo del avión “, dijo el portavoz de la fuerza aérea Indonesia, el mariscal Hadi Tjahjanto a periodistas. “Habí­a algo parecido a una sombra oscura que vimos una vez desde un avión, pero aún no se ha probado que sea el fuselaje”.

Los siete cadáveres fueron recuperados en una zona frente a la costa de la isla de Borneo, a unos 160 kilómetros (100 millas) del sitio donde fueron avistados por primera vez. Los restos se mandan inicialmente a Pangkalan Bun, la ciudad más próxima, antes de ser transportados a Surabaya, la segunda ciudad más grande de Indonesia y desde donde despegó el vuelo 8501.

La mar agitada impidió que los buzos se sumergiesen en el agua el miércoles, y la mayorí­a de helicópteros quedó en tierra, pero 18 barcos siguieron inspeccionando la zona de búsqueda acotada.

Imágenes de sonar han identificado lo que parecí­an ser grandes partes del avión.

“Es posible que los cuerpos estén en el fuselaje”, dijo el vicemariscal del aire Sunarbowo Sandi, coordinador de búsqueda y rescate en el poblado de Pangkalan Bun. “Así­ que ahora es una carrera contra el tiempo y contra el clima”.

Cuánto más se prolongue la búsqueda, más se descompondrán los cuerpos y se esparcirán los restos.

Aún se desconoce qué derribó el avión cuando estaba a medio camino de su vuelo de dos horas entre Surabaya y Singapur. La última comunicación indicaba que los pilotos estaban preocupados por las condiciones climáticas. Pidieron permiso para volar encima de nubes de tormenta, pero les fue negado por el elevado tránsito aéreo. Cuatro minutos después, el avión desapareció del radar sin emitir una señal de emergencia.

Las grabadoras de datos y de voces de la cabina, conocidas como cajas negras, deben ser recuperadas antes de que las autoridades puedan empezar a determinar qué causó el accidente. Algunos objetos recuperados hasta ahora son un chaleco salvavidas, una compuerta de salida de emergencia, zapatos de niño, una maleta azul y mochilas llenas de comida.

Las autoridades aún no han anunciado las identidades de los cuerpos recuperados. Los familiares han dado sangre para las pruebas de ADN y presentaron fotografí­as de sus seres queridos, junto con información de detalles que podrían facilitar su identificación como tatuajes o marcas de nacimiento.

La larga espera, con sus avances y paros, ha sido frustrante para Sugiarti, de 35 años. Su hermana de 40, Susiyah, era una niñera que viajaba a Singapur para unas vacaciones con sus empleadores y su hija de dos años.

“Espero que puedan encontrar su cuerpo pronto. Lo siento por mi hermana porque ya han pasado cinco dí­as”, dijo a la prensa en un centro de crisis montado en una comisarí­a de Surabaya. “Estoy tratando de ser paciente.”

Casi todos los pasajeros eran indonesios, y muchos eran cristianos de ascendencia china. El paí­s es predominantemente musulmán, pero hay importantes bolsas de población con otras religiones dispersas por el extenso archipiélago.