El espinoso tema de las Malvinas

El Salvador apoya a Argentina en su reclamo del "legítimo derecho" sobre las islas que disputa con el Reino Unido, pero además aboga por reactivar diálogo

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elsalvador.com

Por Ricardo Chacón Editor Jefe/ enviado especial a México

2014-12-05 9:00:00

a posición de El Salvador sobre las Islas Malvinas es clara, por lo menos así lo consigna la Cancillería que recoge un comunicado conjunto de ambas naciones suscrito en abril del año pasado entres los cancilleres, Hugo Martínez y Héctor Timerman: “se reafirmó la tradicional posición de El Salvador en apoyo a los legítimos derechos argentinos al tiempo que reiteró sus votos porque la República de Argentina y Reino Unido reinicien el proceso de negociaciones a fin de encontrar a la brevedad posible una solución pacífica y definitiva a la disputa de soberanía, de conformidad con las Resoluciones pertinentes de la Organización de las Naciones Unidas”.

Hay tres puntos que debemos resaltar de esta declaración: uno, se reconoce los legítimos derechos de Argentina en ejercer la soberanía de las Islas Malvinas, situadas en el Atlántico Sur y que forman un archipiélago compuesto por varias islas e islotes, unas 200 en total, con una extensión de más de 12 mil kilómetros cuadrados; las dos islas más grandes de este conjunto son la Isla Soledad con 6, 400 kilómetros cuadrados y la Gran Malvina con unos 4,500 kilómetros cuadrados (una cuarta parte del territorio salvadoreño). Las islas se encuentran a unos 500 kilómetros del territorio continental argentino y a unos 12 mil kilómetros de Gran Bretaña.

Dos, la disputa entre ambos requiere, tal como lo dice el comunicado entre El Salvador y Argentina, reiniciar el proceso de negociación, que sin duda alguna los argentinos tratan de impulsar por todos los medios diplomáticos encontrarse con la frialdad ingleses que se niegan a sentarse.

Y tres, el camino es una solución pacífica donde la Organización de las Naciones Unidas, desde la Resolución 2065 define la cuestión como un caso colonial “especial y particular” que involucra una disputa de soberanía entre la Argentina y el Reino Unido, la cual debe ser resuelta mediante negociaciones entre las dos partes, teniendo en cuenta los intereses de la población de las islas…pero aquí las cuestiones se complican.

Caso especial de colonización

Daniel Filmus, secretario de asuntos relativos a las Islas Malvinas, se reunió esta semana en la capital mexicana con una veintena de periodistas de Centro América, México y el Caribe, incluido El Diario de Hoy, para analizar el estado actual de la disputa con Gran Bretaña. “No pedimos que nos den la razón sino que haya diálogo….”, “no se discute tanto lo histórico jurídico, esto es bastante claro, sino que se trata de un caso particular de colonización, como lo plantea una y otra vez las Naciones Unidas”, repite con contundencia Filmus, el funcionario argentino de mayor rango encargado en temas de Las Malvinas.

Y es que los ingleses abogan por la libre determinación de los pueblos, lo que implicaría respetar la decisión de los pobladores de las islas Falkland, como le llaman a las Malvinas; sin embargo, “el derecho a la libre determinación no es un derecho reconocido a cualquier comunidad humana establecida sobre un territorio, sino únicamente a los pueblos”… He aquí el punto, ya que los actuales habitantes de las islas Malvinas no son reconocidos como un “pueblo” por las resoluciones de las Naciones Unidas y esto lo explica claramente Filmus: “No es un pueblo sino una población británica trasplantada, a diferencia de los casos clásicos de colonialismo en los que un pueblo preexistente es víctima de la instauración de una dominación colonial”.

Y Filmus explica que, cuestión que todos los textos lo consignan de manera contundente, el Reino Unido ocupó las islas en 1833 y expulsó de ellas a la población y autoridades argentinas que se encontraban ejerciendo soberanía; luego llevó a sus propios colonos a controlar de manera estricta la política migratoria de un territorio aislado.

En la actualidad son unos 2,500 o 3,000 habitantes, según se tome el censo 2001, 2006 o 2013, pero estos números deben dejar por fuera, tal como lo consigna un puntiagudo artículo publicado en el periódico “Clarín”, a los contratistas de Mount Pleasant y a los trabajadores temporarios; además, tal como lo dice el rotativo “La Nación”, no se contabilizan a los 2,500 uniformados apostados en la base militar, que fue decreciendo en los noventa a medida que las tropas fueron desplegadas a destinos estratégicos para el Reino Unido.

A 50 años del Alegato Ruda

Filmus hace referencia a los 50 años desde que Argentina expusiera por primera vez ante la Organización de las Naciones Unidas los fundamentos de sus derechos soberanos sobre las islas Malvinas; el 9 de septiembre de 1964 el embajador argentino José María Ruda hizo una exposición detallada, bien fundamentada ante el Comité Especial de Descolonización de la ONU en el que expuso los hechos históricos y jurídicos que justifican el reclamo argentino.

La cuestión atípica sobre los casos de colonización, donde los ingleses luego de invadir las islas en 1833, autoridades y población argentinas fueron suplantados por una administración colonial. Lo que Ruda sostuvo hace 50 años sigue teniendo vigencia, recoge Filmus: “no existe en las islas una población sojuzgada, subyugada o sometida al colonialismo” .

En 1965, la comunidad internacional en su conjunto avaló los argumentos que expuso Ruda, dice Filmus, y desde entonces año con año la ONU exhorta a ambas partes, a Argentina y Gran Bretaña, a buscar una salida “pacífica, justa y duradera de la controversia sobre soberanía, teniendo en cuenta los intereses de la población de las islas”.

No existe ninguna resolución que incluya a la libre determinación que el Reino Unido procura forzar a favor de los habitantes británicos en las islas. Más aún sostiene Filmus, la Asamblea General de la ONU rechazó dos propuestas de enmiendas británicas que procuraron, sin éxito, incluir este principio en el proyecto de resolución sobre la cuestión. En cambio, la resolución 2065 sí señala que es necesario respetar en la negociación bilateral con los británicos los intereses de los isleños; a ello se comprometió Argentina incluyendo el respeto al modo de vida de los habitantes de las islas.

Qué sigue ahora y otras aristas

Buscar el diálogo y la negociación, dice Filmus, reafirmar las resoluciones de la ONU y esperar que tarde o temprano se respete la soberanía argentina de las islas. En este sentido, el apoyo y la solidaridad internacional es importante, pero también en todos los ámbitos de la negociación y, en este sentido, hay otras aristas que también son importantes: una de ellas es el cuidado del medio ambiente, la investigación científica, y los procesos de desarme, son otra.

En cuanto al primer punto, y en respuesta a una pregunta de El Diario de Hoy, Filmus adelantó que en el borrador de la resolución final de la cumbre de presidentes iberoamericanos que se llevará a cabo la otra semana en Veracruz, México, y donde asistirá el presidente Salvador Sánchez Cerén, se estudiarán varios puntos referentes al cuidado del medio ambiente y hacer de las Malvinas una zona de investigación científica internacional donde intervenga la comunidad internacional; esto pasa por garantizar la soberanía de las Islas.

Además, y este es el otro punto clave, que esta zona del Atlántico debe ser una zona de paz y trabajo, donde deben quedar excluidas las bases militares, tal como tiene Gran Bretaña en la zona. Es más, tal como señala Filmus, deben quedar fuera las “excusas de ejercicios militares de rutina”, como el ocurrido hace varias semanas cuando la fragata HMS Iron Duke hizo operativos militares en la zona. El periódico “Clarín”, tomando como fuente la agencia DyN, recoge las declaraciones de un vocero del Ministerio de Defensa británico quien dijo: “buques de la Armada Real realizan entrenamientos regulares en el uso de su sistema de armas”. Por supuesto, el gobierno argentino entregó una nota de protesta a la embajada británica por los ejercicios militares. L