MÉXICO. La izquierda de México sufrió uno de los mayores golpes en su historia reciente, con la renuncia de Cuauhtémoc Cárdenas al partido que fundó y del que fue un pilar fundamental por más de dos décadas.
Cárdenas renunció al Partido de la Revolución Democrática (PRD), que se halla sumido en una crisis después de la masacre de 43 estudiantes en la que un alcalde del partido estuvo involucrado junto con una banda del crimen organizado.
Cárdenas, un dirigente fundador del partido e hijo del popular presidente Lázaro Cárdenas (1934-1940), dijo en una carta que mantiene profundas diferencias con el presidente del PRD, Carlos Navarrete, sobre cómo recuperar la credibilidad de la organización.
Navarrete y Cárdenas mantuvieron, el martes, una reunión, horas antes de la renuncia, junto con otros dirigentes perredistas.
El político afirmó a medios mexicanos que “las pandillas” se han tomado parte del partido, aunque matizó que “todavía” hay personas honestas en el PRD, pero que él prefirió salirse.
Hace unos días, el político pidió a todo el Comité Ejecutivo Nacional del PRD que renunciara por la desaparición de 43 estudiantes en la ciudad de Iguala, en el estado sureño de Guerrero, ambos lugares, gobernados por ese partido desde hace años.
“En las ocasiones anteriores, esperando por lo menos se abriera un debate interno sobre los planteamientos hechos, la respuesta de la dirigencia del partido fue el silencio”, señaló el político, quien es considerado por varios como líder moral de la izquierda moderna en México.
El PRD quedó en el ojo de la tormenta tras la desaparición de los alumnos de la escuela rural de magisterio Ayotzinapa, ocurrida el pasado 26 de septiembre.
Las investigaciones arrojaron que el alcalde de Iguala, José Luis Abarca, ordenó a la policía municipal detener a los jóvenes. Los agentes los entregaron a sicarios del cártel Guerreros Unidos, un grupo del crimen organizado que supuestamente los asesinó y quemó sus cuerpos, según la Fiscalía Federal.
El gobernador del Estado, Ángel Aguirre, renunció a su cargo semanas después y arreciaron las protestas que también han sacudido al Gobierno de Peña Nieto, a quien los familiares de los estudiantes acusan de no hacer lo suficiente para encontrarlos.
El PRD, que estuvo cerca de alcanzar la presidencia en 2006, ha pasado los últimos años en luchas internas entre diferentes corrientes y recientemente ha sido cuestionado por apoyar las reformas del presidente Enrique Peña Nieto, del Partido Revolucionario Institucional (PRI).
“Mantenemos profundas diferencias en nuestras visiones de cómo enfrentar los problemas internos del partido”, señaló Cárdenas en la carta enviada a la organización y divulgada por medios de comunicación.
La salida de Cárdenas no es la primera baja importante que sufre el PRD en su historia reciente. Su dos veces candidato presidencial, Andrés Manuel López Obrador, abandonó el partido en 2012, para formar su propia fuerza política, Morena.
Cárdenas, de 80 años, fue tres veces candidato a la presidencia. En 1988 perdió una de las elecciones más escandalosas en las que el PRI, que gobernaba desde principios del siglo, fue acusado de fraude y sobre la que muchos mexicanos piensan, hasta hoy, que fue ganada por Cárdenas, quien un año antes había fundado el PRD.
Navarrete lamentó la renuncia. “Se cierra una etapa en la vida del PRD”, manifestó en su cuenta de Twitter.
Analistas consideran que, si bien impactará al mayor grupo de izquierda, también lo libera de lastres del pasado.
“Por un lado sí lo golpea y por otro lo libera”, indicó a la agencia AP, Tony Payan, director del Centro de México en el Instituto de Políticas Públicas Baker de la Universidad de Rice, sobre el daño para el partido de izquierda con la salida de Cárdenas.
—AGENCIAS.