“Fue definitivamente terrorífico”, dijo ayer en una conferencia de prensa Juan López, el otro limpiavidrios que junto a Juan Lizama, pasó una hora y media suspendido sobre el vacío después de que se rompiese un cable que sujetaba su andamio.
López, de origen peruano, se declaró “muy feliz” por haber sobrevivido y poder regresar a casa con su familia.
“Eso es lo más importante, estar vivo”, señaló el hombre, de 33 años, quien reside en el Bronx y es padre de mellizos.
“Al principio sentí pánico. A uno le sale el instinto de supervivencia. Luego se aclara la mente, se tranquiliza un poco y se acuerda del training (entrenamiento)”, dijo López, quien llegó a Estados Unidos de niño.
López explicó que antes de comenzar la jornada él y su compañero salvadoreño comprobaron el equipo y no detectaron ningún problema.
López, que lleva 5 años en la profesión, aseguró que trataron de activar el freno de emergencia, pero este no funcionó.
“Yo solo me agarré y confié en no caer”, explicó el limpiacristales, que aseguró que su entrenamiento les sirvió de ayuda para superar la difícil situación y poder mantener la calma en un momento de tanta angustia como el que pasaron.
López también declaró al Daily News que “una vez que te encuentras en una situación así, te tomas un respiro y empiezas a poner todos los conocimientos que aprendiste sobre seguridad. Te das cuenta que todo lo que sabes es bueno”, dijo López en una entrevista a la WCBS-TBV. —AGENCIAS.