Llegó el momento de la verdad para Obama y los demócratas

Si los republicanos consiguen el control de las dos cámaras en las elecciones legislativas de hoy, Obama lo tendrá muy difícil en los dos años que le restan

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elsalvador.com

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2014-11-03 7:00:00

WASHINGTON. El futuro del presidente Barack Obama y de los demócratas puede dar un giro notable hoy. Este día tendrán lugar las elecciones legislativas de cuyo resultado dependerán los planes que ha diseñado para los 310 millones de estadounidenses un gobernante que fue reelegido a finales de 2012 y al que le faltan dos años y tres meses en la Casa Blanca.

En los comicios, llamados “de medio término”, se renovarán los 435 escaños de la Cámara de Representantes y un tercio de los 100 del Senado, y también se votará por 36 gobernaciones de un total de 50.

Además, se realizarán simultáneamente decenas de referendos organizados por cada Estado, con temas que van desde la legalización o despenalización de la marihuana (Oregon, Alaska y en la capital federal, Washington), el derecho al aborto (Colorado, Dakota del Norte, Tennessee), el aumento del salario mínimo (Dakota del Sur, Alaska, Arkansas, Nebraska) o el etiquetado obligatorio de los alimentos genéticamente modificados (Colorado, Oregon).

Todas las miradas se centran, no obstante, en lo que puede pasar con el Senado porque en la Cámara, según las encuestas, la oposición del Partido Republicano mantendrá una mayoría más que cómoda. En cambio, en el Senado, donde el Partido Demócrata al que pertenece Obama cuenta con una leve ventaja, las cargas cambiarían esta semana.

En efecto, un cálculo de la página web FiveThirtyEight sostiene que las posibilidades de que los republicanos superen a los demócratas son del 63.2% contra el 32.8% de que los demócratas sigan por encima. La cifra corrobora el último sondeo de CBS News, todavía más preocupante para las toldas obamistas, según el cual el 50% de los ciudadanos apoyarán hoy a los republicanos mientras que apenas el 42% lo hará por los demócratas.

¿Qué significa eso? Que si esos pronósticos se cumplen, lo que resta de la presidencia de Obama no será precisamente un camino de rosas.

¿La razón? Los republicanos, fieles a su estrategia de bloqueo, no solamente le harían operación tortuga a la hora de aprobarle los nombramientos del alto gobierno sino que le frenarían proyectos como el del salario mínimo. Con ello, Obama quedaría convertido tempraneramente no sólo en un lame duck (pato cojo), como se les dice a los presidentes salientes en EE.UU., sino en un inválido de marca mayor.

De por sí, Obama pasa por horas bajas. En esta campaña ni siquiera les ha sido útil a los demócratas. Aunque mantiene el desempleo en el 5.9 por ciento su índice de desaprobación es del 52% en tanto que el de aprobación marca un 41% de acuerdo con Gallup.

Obama no seduce al electorado. Como dijo recientemente un columnista, “el presidente prefiere confiar en el raciocinio de profesor de derecho que en la pasión que requiere un líder político”.

Ha habido más críticas en su contra. “Obama no pasará a la historia. Así como ha habido un FDR, un JFK y un LBJ (en referencia a Franklin Delano Roosevelt, John F Kennedy y a Lyndon Baines Johnson) no habrá un BHO (en alusión a Barack Hussein Obama)”, subrayó en The Washington Post el analista David Aaron Miller, del Centro Woodrow Wilson.

“A Obama no sólo no le tocaron desafíos tan grandes como la crisis del 29 o la de los misiles; no interpretó bien la realidad, y carece de carácter”. Fuera de eso, ha incumplido promesas de campaña como la reforma migratoria que les daría un camino a la legalidad a 11 millones de hispanos sin papeles. Y eso, cuando siete de cada diez latinos votaron por él hace dos años, lo deja mal parado.

Para muestra: el domingo, durante un acto de campaña en Connecticut, espectadores molestos interrumpieron el discurso de Obama en varias ocasiones en señal de protesta por la paralización de la reforma prometida.

La reforma fue aprobada en junio de 2013 en el Senado con votos bipartidistas, pero los republicanos se negaron a poner una fecha para la votación de la legislación en el pleno de la Cámara de Representantes, donde tienen la mayoría.

Obama prometió en junio a los latinos y otras minorías que después del verano (boreal) anunciaría acciones ejecutivas en materia migratoria, pero nada ocurrió a la espera de las elecciones de hoy.

Uno de los jóvenes que interrumpió al presidente llevaba una camiseta en la que se leía “Obama deporta a padres”. El demócrata es el presidente que más indocumentados ha deportado: hasta dos millones desde que llegó a la Casa Blanca en enero de 2009.

De cualquier manera, hoy se despejará la incógnita y se sabrá qué rumbo tomará la política de EE.UU.

Y sucederá otra cosa: mañana empezará, aunque no oficialmente, la carrera hacia las elecciones presidenciales que se celebrarán en dos años. —AGENCIAS.