Ferguson aviva las protestas raciales

Gobernador de Misuri ordena desplegar más guardias nacionales

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elsalvador.com

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2014-11-25 9:00:00

MISURI. El fallo de un gran jurado que decidió no presentar cargos contra un policía blanco que mató de 12 tiros a Michael Brown, un joven de color que estaba desarmado, despertó de la peor manera la tensión racial siempre latente en Estados Unidos.

La absolución de un policía blanco que disparó 12 veces a un joven de color desarmado en un suburbio de San Luis donde más de un 60 % de los residentes son afroamericanos, pero solo tres de los 56 policías locales representan a esa comunidad, fue la gota que rebalsó un vaso cargado de décadas de una historia de tensión, temor y resentimiento.

Barricadas, autos incendiados, tiroteos, e incluso saqueos, protagonizan desde la noche del lunes uno de los capítulos más violentos de la historia de Ferguson, en Misuri, donde el pasado 9 de agosto fue tiroteado Brown.

Incluso el gobernador de Misuri, Jay Nixon, ordenó el envío de 2,200 integrantes de la Guardia Nacional adicionales a la ciudad de Ferguson.

Ayer se efectuaron varias protestas por segundo día en el área de San Luis y en otras ciudades. Unas 300 personas marcharon desde un parque hasta el tribunal de San Luis y permanecieron allí unos 30 minutos antes de dirigirse hacia otro lado. Coreaban: “¡Ustedes no acusaron formalmente! ¡Nosotros pelearemos!”.

También manifestantes pacíficos marcharon en Seattle y causaron alteraciones al tránsito vehicular en Cleveland. Hubo mítines en Nueva Jersey, Maryland, Maine y otros sitios.

En Washington manifestantes se tendieron en el suelo para simular que habían sido abatidos frente a la sede de la policía de Nueva York. El grupo planeaba ocupar edificios durante las próximas 28 horas.

Para muchos el asesinato de Michael Brown, de 18 años, hizo recordar otros episodios de muertes de ciudadanos a manos de agentes del orden. La frase “manos arriba, no disparen” fue coreada en mítines en ciudades de todo el país.

Las protestas en Nueva York fueron concurridas, pero pacíficas, sólo hubo dos detenciones, entre ellas la de un hombre que lanzó una jarra de líquido que simulaba sangre al comisionado de la policía William Bratton y sus escoltas.

En Chicago, decenas de manifestantes molestos con la decisión del jurado acamparon a las puertas de la oficina del alcalde Rahm Emanuel y anunciaron que se quedarían ahí toda la noche.

En Ferguson, el humo se elevaba desde los cascarones ennegrecidos de negocios quemados, y había cristales desperdigados en las aceras frente a tiendas cuyos escaparates fueron destrozados en las protestas nocturnas.

Doce edificios comerciales estaban totalmente quemados, y los bomberos respondieron a incendios en ocho más.

Hubo 61 arrestos en Ferguson durante la noche y 21 en San Luis. Unas 18 personas resultaron heridas, incluido alguien que fue baleado y se está recuperando en un hospital.

Caso débil

El Fiscal del Condado de San Luis, Bob McCulloch, informó que de los 60 testigos que pasaron frente al jurado, casi ninguno estaba seguro de qué fue lo que sucedió. “Muchos de los mismos testigos reconocieron que no vieron el tiroteo”, admitió.

En repetidas ocasiones citó lo que dijo eran inconsistencias y versiones erróneas de testigos, y nunca mencionó que Brown estaba desarmado.

El jurado –compuesto por 9 blancos y 9 negros– no encontró ninguna “causa probable” para presentar cargos contra Wilson tras analizar “evidencias físicas”, como la presencia de ADN del joven en el vehículo del agente y su pistola.

Los abogados de la familia de Brown criticaron todo ayer, desde el tipo de evidencia que McCulloch, puso en manos del jurado, hasta la forma en que fue presentada y el momento en que se anunció la decisión. El abogado Anthony Gray insinuó que McCulloch presentó algunos testimonios, incluidos algunos testigos que no vieron la balacera, para desacreditar el proceso.

También dijeron esperar que una investigación federal por separado que realiza el Departamento de Justicia sobre respeto a los derechos civiles resulte en cargos contra Wilson.

Lo único que se sabe con certeza es que Wilson disparó 12 veces contra Brown, el último tiro le perforó la parte superior de la cabeza, y el cuerpo del joven cayó a unos 153 metros del patrullero.

El caso de Michael Brown trajo a la memoria colectiva otros similares, como el de Trayvon Martin: un adolescente afroamericano que murió en Florida hace dos años a manos del vigilante voluntario George Zimmerman, a quien un jurado declaró no culpable.

Este mismo fin de semana, mientras la nación estaba pendiente del inminente fallo judicial en Ferguson, un agente de Cleveland (Ohio) mató a un niño negro de 12 años, Tamir E. Rice, al confundir su pistola de aire comprimido con una real.

ONU: hay desconfianza

La ONU expresó ayer su preocupación por el “desproporcionado” número de jóvenes de color que mueren en Estados Unidos a manos de la Policía y pidió a las autoridades que actúen para dar respuesta a la creciente desconfianza que muchas comunidades tienen hacia la Justicia.

El alto comisionado de las Naciones Unidas para los derechos humanos, Zeid Ra’ad Al Husein, reaccionó de esta forma a los disturbios registrados en Ferguson.

“Está claro que, al menos entre algunos sectores de la población, hay una profunda y cada vez más enconada falta de confianza en la legitimidad de la Justicia y los sistemas de aplicación de la ley”, detalló.

Por ello, urgió a las autoridades estadounidenses a examinar en profundidad cómo los “asuntos raciales” están afectando a los sistemas de Justicia y de Policía en el país. —AGENCIAS