MÉXICO. En los últimos días, el presidente de México es el foco de las críticas, no solo por la compleja situación que se desató con los 43 estudiantes desaparecidos y las protestas de la ciudadanía exigiéndole respuesta al Gobierno, sino también por su ausencia en el país en momentos críticos para asistir a China a las cumbres de Apec y G20.
Ahora, un nuevo escándalo se desata por la posesión de una millonaria mansión, que está a nombre del consorcio elegido para construir el primer tren de alta velocidad del país.
Según declaraciones de la oficina del presidente, la vivienda fue adquirida exclusivamente por la primera dama, Angélica Rivera, una exestrella de telenovelas, quien está comprando a plazos la propiedad situada en la zona Las Lomas.
Sobre los recursos con los que la primera dama paga estas propiedades, la Presidencia indicó que Rivera “es económicamente solvente y contaba con recursos suficientes para adquirir estos inmuebles”.
El material publicado por Aristegui Noticias (coordinado por la periodista Carmen Aristegui con el apoyo de Connectas y el International Center For Journalists), revela que el registro del inmueble está a nombre de la compañía Ingeniería Inmobiliaria del Centro.
La firma es controlada por Grupo Higa del empresario Juan Armando Hinojosa Cantú, quien ganó contratos de obras cuando Peña Nieto fue gobernador del Estado de México. En el gobierno federal actual obtuvo junto a otros consorcios la licitación del tren México-Querétaro, que fue revocada el pasado 6 de noviembre.
La investigación de Aristegui Noticias, basada en registros públicos, testimonios y solicitudes de transparencia encontró que el inmueble está valuado en 7 millones de dólares.
Según Aristegui Noticias, el Estado Mayor Presidencial, encargado de la seguridad de la familia presidencial, resguarda el inmueble como parte de su trabajo, aunque el presidente, su esposa y sus hijos viven en la Residencia Oficial de Los Pinos.
De acuerdo con la descripción que se hace, el inmueble tiene estacionamiento subterráneo, una alberca, cuenta con piso de mármol, habitaciones para cada miembro de la familia, un área de spa, y jardines, todo diseñado por el arquitecto Miguel Ángel Aragonés.
Dudas
Tras la revelación de que la esposa del presidente es la dueña de la lujosa mansión que aún está a nombre de una de las empresas que ha ganado contratos en la administración de Peña Nieto, el influyente diario económico Wall Street Journal dijo que el caso puede generar dudas sobre los vínculos entre proveedores y el gobierno.
“El Presidente mexicano, quien ha construido una reputación como reformador, afronta preguntas acerca de la compra de la mansión en manos de una empresa cuyo propietario ha ganado varios proyectos del gobierno durante la administración actual y su anterior mandato como Gobernador”, dice The Wall Street.
Recuerda que la casa no aparece en las declaraciones patrimoniales del Presidente de México.
La mansión (de $7 millones) tiene un costo aproximado al de la casa de Oprah Winfrey ($7.75 millones), una de las multimillonarias del entretenimiento en EE. UU.
“La controvertida casa también podría revivir recuerdos en muchos mexicanos de los últimos escándalos de corrupción bajo el gobernante Partido Revolucionario Institucional (PRI), que gobernó el país durante 71 años hasta que perdió el poder en 2000. El PRI regresó a la presidencia en el año 2012 con Peña Nieto”, agrega.
“Las revelaciones publicadas por primera vez en línea por una destacada periodista mexicana, vienen sólo días después de que el gobierno canceló abruptamente un tren de alta velocidad de $3.7 mil millones para asegurarse que no había dudas sobre el proyecto, dijeron las autoridades. El contrato fue ganado a principios de semana por un consorcio chino… que incluye una firma de construcción ligado a la promotora de título a la casa de la Primera Dama”, señala el Wall Street Journal.
El caso de la mansión presidencial fue retomado por la prensa internacional horas después de que fuera divulgado por Aristegui Noticias, en diarios como The New York Times, Washington Post y Los Angeles Times.
Mientras, ayer, manifestantes y familiares de los 43 estudiantes desaparecidos cerraron por 3 horas el aeropuerto del enclave turístico de Acapulco, en el pacífico mexicano, con la cara cubierta y armados con machetes, bombas incendiarias, picos y palas para protestar porque sigue sin conocerse el paradero de los jóvenes.
Los manifestantes ya anunciaron el pasado mes de octubre, coincidiendo con el primer mes de la desaparición de sus 43 compañeros, que radicalizarían las protestas con tomas de carreteras, aeropuertos y ayuntamientos. —AGENCIAS.