Escocia no se fue de Reino Unido pero tendría más poder

El primer ministro británico y otros líderes del Reino Unido firman pacto con miras a dar más facultad al país

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elsalvador.com

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2014-09-20 8:00:00

LONDRES. El exprimer ministro británico Gordon Brown informó ayer que él y los líderes de los principales partidos firmaron una “resolución” con la que se comprometen a cumplir con el calendario para la entrega de más poderes a Escocia.

Tras la victoria del “No” en el referéndum de independencia de Escocia celebrado el jueves, Brown aseguró en un discurso en Fife, en el este escocés, que las promesas de más autonomía a Escocia “serán cumplidas” y pidió trabajar por la unidad de la región.

Según el político laborista, considerado pilar de la victoria del “No” en el plebiscito, el documento que han firmado los líderes incluye la promesa de redactar un borrador de ley sobre la autonomía de Escocia que deberá estar listo para finales de enero.

Además de Brown, el documento, que será presentado mañana en la Cámara de los Comunes, ha sido firmado por el primer ministro británico, el conservador David Cameron; el líder de la oposición laborista, Ed Miliband, y el viceprimer ministro, el liberaldemócrata Nick Clegg.

El que fuera primer ministro entre 2007 y 2010, en sustitución de Tony Blair, explicó que los funcionarios ya están trabajando en el calendario concreto para entregar poderes a Edimburgo.

Según ese calendario, Brown dijo que la Cámara de los Comunes debatirá el 16 de octubre las propuestas de traspaso de poderes antes de que se trabaje en el borrador de la legislación.

“Hay un momento para la lucha, pero hay un momento para la unidad y este es el momento de que Escocia se una”, afirmó el exfuncionario.

Además, Brown agradeció al ministro principal de Escocia, Alex Salmond, por sus años de servicio y por todo lo que hizo por la región, al tiempo que lo calificó como un “opositor formidable”.

Salmond, que perdió en el referéndum del jueves, anunció el viernes que dimitirá el próximo noviembre como como ministro principal de Escocia y como líder del Partido Nacionalista Escocés (SNP).

En el referéndum del jueves, en el que estaban llamados a las urnas los mayores de 16 años, el “No” a la independencia de Escocia ganó con un 55.30 % de apoyo frente al 44.70 % del “Sí” a la escisión.

¿Que hay tras el telón?

Cuando 3.6 millones de escoceses votaron el jueves sobre si abandonar o permanecer en el Reino Unido, contestaron a una simple pregunta con diversas implicaciones: ¿debería ser Escocia un país independiente?

Por un tiempo algunos políticos en ambos bandos del debate quisieron incluir una tercera opción en la papeleta: máxima devolución de poderes a Escocia dentro de Gran Bretaña, pero luego de rechazarla ahora tendrán que cumplirla.

Hasta Salmond apoyó incluir esa alternativa, argumentando que no estaba a favor de “limitar las opciones de los escoceses” pero, paradójicamente, fue el primer ministro británico, David Cameron, y muchos colegas de Salmond en el SNP los que estaban en contra de esa idea que, finalmente, terminaron prometiendo.

El panorama comenzó a cambiar cuando el pánico por una posible votación a favor de la separación de Escocia se adueñó de la situación dos semanas antes del referendo.

Los líderes de los conservadores y de los demócratas liberales –que forman el actual Gobierno– y el opositor Partido Laborista prometieron a los escoceses una vía rápida para una mayor descentralización, incluidas decisiones sobre asistencia social, endeudamiento y recaudación de impuestos.

También firmaron una promesa para mantener indefinidamente los altos niveles de financiamiento que Escocia recibe en comparación con otras regiones del Reino Unido.

Y tras los resultados de la consulta, Cameron también prometió que buscará reorganizar las disposiciones constitucionales para el resto de Gran Bretaña.

Esas promesas abren ahora una caja de Pandora de futuros problemas, porque muchos votantes fuera de Escocia ven las ganancias del país como un soborno y se han quejado de que los escoceses recibirán un trato especial.

Pero, ¿qué motivó la consulta por la separación del Reino Unido?

Una de las razones que comenzó a hacer a la independencia económicamente atractiva para los escoceses fue el desarrollo de la industria petrolera en el Mar del Norte porque les empezó a generar jugosos ingresos.

También ayudó que el Partido Nacional Escocés, que en 2007 formó un popular Gobierno de minoría, logró una arrolladora victoria en las elecciones de 2011 y los llevó a tener su primer Gobierno mayoritario. Fue entonces que resurgió la idea de una votación por la independencia.

En los 15 años que antecedieron el 2012 y el Acuerdo de Edimburgo, el apoyo a la independencia no había superado el 35 por ciento, según datos del Social Attitudes Survey para Escocia.

Hasta antes de inicios de septiembre, casi todos en Westminster (donde está la sede de las dos cámaras del parlamento del Reino Unido) creían que una separación de Escocia era algo impensable.

Pero a medida que los nacionalistas ganaban terreno a favor de la independencia, fue que Londres terminó prometiendo a los escoceses más facultades.

Cuando las encuestas revelaron el creciente apoyo para la separación del Reino Unido, la campaña por el “No” sacó un cronograma acelerado que les daría a partir del año siguiente mayor poder de decisión a los escoceses.

Y los giros de timón que Brown le dio a la campaña hicieron que los escoceses pensarán mejor en el futuro fuera del Reino Unido.—AGENCIAS.