El pandillero salvadoreño Roni Arriola Palma, conocido como “Maniaco” en la clica Peajes Locos Salvatruchos de Maryland, se declaró culpable de homicidio, extorsiones y conspiración para actividades criminales por lo que enfrentaría la máxima pena en la Corte Federal de Greenbelt.
Este pandillero, capturado el 28 de enero de 2013 por el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE), y su Unidad de Investigaciones de Seguridad Nacional (HSI), escuchará la sentencia que le impondrá el juez federal Roger W. Titus el 9 de marzo de 2015.
El fiscal general de Maryland, Rod J. Rosenstein, anunció el encausamiento de este pandillero que junto a una decena más de cómplices de la organización criminal habían estructurado una célula de la MS-13 que operaba con conexiones directas en El Salvador, según las pesquisas de los fiscales que les seguían los pasos desde el año 2009.
Arriola Palma es procesado bajo la ley contra las mafias, más conocida como RICO, en abreviación al nombre de la legislación, Racketeer Influenced and Corrupt Organizations Act, con la que el Departamento de Justicia, las policías de los condados y las unidades de combate a las pandillas han tenido una exitosa lucha contra la MS-13 y otras estructuras del crimen.
Según un documento difundido por la Fiscalía de Maryland, el pandillero aceptó haber formado parte como cabecilla de la clica en el Área de Washington desde 2009 hasta 2012, y que junto a los miembros de la MS-13 prepararon y ejecutaron crímenes ordenados por la directriz de la organización criminal.
“El Maniaco” de 24 años, residente en Hyattsville, un importante bastión de la comunidad inmigrante salvadoreña y de otros países centroamericanos en Maryland, fue encausado junto a otros tres salvadoreños: Héctor Daniel Villanueva, de 24 años, alias Muertito; Luis Guzmán Ventura, de 20 años, El Chele; y José Rodríguez Núñez, de 25, alias El Killer, uno de ellos posee ciudadanía estadounidense.
La policía les seguía los pasos a esta clica de la Mara Salvatrucha luego del intento de asesinato, en 2011, de un joven supuestamente perteneciente a una pandilla contraria, a quien interceptaron en las cercanías de la estación de Metro Fort Totten, a bordo de una camioneta, le rociaron gas pimienta y lo arrastraron al vehículo.
El secuestrado fue llevado en el vehículo hasta un parque donde lo vapulearon, luego le apuñalaron varias veces y para rematar le ataron al cuello un cincho para estrangularlo; lo dejaron por muerto, pero la víctima sobrevivió y ahora es el principal testigo de la fiscalía, según consta el expediente judicial.
Meses después en otro caso, el mismo grupo disparó a mansalva a otros cuatro jóvenes que caminaban por la avenida Sheridan de Hyattsville, por considerar que estaban en territorio bajo su control, uno de los atacados murió en un hospital, otro quedó gravemente herido y los dos restantes resultaron con heridas leves.