Cacerolazos contra el sistema captahuellas

Además, la próxima audiencia contra el líder opositor Leopoldo López será el 10 de septiembre

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elsalvador.com

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2014-08-28 7:00:00

CARACAS. La oposición venezolana protestó ayer con un cacerolazo y otras manifestaciones de calle contra la anunciada instalación de un sistema de captahuellas para la compra de productos, mientras que el dirigente opositor Leopoldo López, preso desde hace seis meses, acudió a juicio sin poder usar sus pruebas.

El cacerolazo fue convocado por la alianza opositora Mesa de la Unidad Democrática (MUD) para protestar contra el llamado “sistema biométrico” que el Gobierno de Nicolás Maduro ha dicho que instalará en los comercios del país para combatir el contrabando y que la oposición rechaza al tacharlo de método de “racionamiento”.

Sin embargo, el cacerolazo no se sintió con la fuerza de protestas anteriores, como las que se desarrollaron entre febrero y mayo pasados, cuando el ruido retumbaba en las zonas tradicionalmente opositoras, aunque las fuerzas de seguridad sí se desplazaron para evitar manifestaciones violentas.

Más temprano también se registraron protestas en la calle contra el Gobierno en el este de Caracas, así como en otras ciudades del interior del país.

“Para los del Gobierno no hay captahuellas, sólo para el pueblo. Todos a cacerolear este jueves 28 a las 8 de la noche (00.30 GMT)”, invitó ayer la MUD a través de Twitter donde también señaló: “Nos racionan el agua, la luz y ahora nos dirán qué y cuándo comprar lo que necesitamos. Todos a cacerolear”.

El partido de Leopoldo López, Voluntad Popular (VP), no solo se ocupó ayer de pedir el apoyo a su líder, sino también a convocar al cacerolazo con la etiqueta #NoAlCaptahuellasDeMaduro.

Asimismo, el VP instó a los miembros de la Policía Nacional (PNB) y de la Guardia Nacional (GNB, policía militarizada) a “recordar que los delitos contra los derechos humanos no prescriben” tras difundir imágenes de los oficiales disparando bombas lacrimógenas para contener la manifestación de hoy en el este de la capital.

El régimen de Nicolás Maduro ordenó hace poco más de una semana la instalación en el país de un “sistema biométrico” para controlar las ventas de productos básicos mediante captahuellas con el fin de reducir los problemas de escasez que, según él, son causados por el contrabando.

El presidente de la principal patronal del país (Fedécamaras), Jorge Roig, rechazó el pasado miércoles este mecanismo y pidió disculpas a los consumidores venezolanos en nombre del sector empresarial “por someterlos a un humillante proceso de marcar la huella para comprar sus alimentos”.

Y mientras sonaban las cacerolas se desarrollaba otra audiencia del juicio que se realiza contra el opositor Leopoldo López, un proceso al que su defensa asiste a ciegas pues, según los abogados, el tribunal que lleva el caso insiste en negar las pruebas que han presentado, incluyendo testigos.

López, preso desde el 18 de febrero, está acusado de instigación pública, agavillamiento (asociación para delinquir), daños a la propiedad e incendio por los hechos violentos del pasado 12 de febrero en Caracas, que fueron el detonante de las protestas antigubernamentales que se registraron hasta mayo pasado.

Al cierre de esta edición, Lilian Tintori, esposa de López, publicaba en su cuenta en Twitter @liliantintori: “DIOS está con nosotros, con nuestra causa que es la de toda Venezuela. La próxima audiencia será el 10 de septiembre!”. —AGENCIAS.