Misuri bajo toque de queda por disturbios

Muerte de joven afroamericano a manos de un policía desata la tensión en las calles de Ferguson durante la semana

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elsalvador.com

Por Roberto Alas nacional@elsalvador.com

2014-08-16 9:00:00

WASHINGTON. El gobernador de Misuri (EE. UU.), Jay Nixon, declaró ayer el estado de emergencia y ordenó un toque de queda en Ferguson a raíz de los disturbios desatados los últimos días en esta localidad, donde hace una semana un policía abatió a un joven afroamericano en circunstancias aún por aclarar.

“No se trata de silenciar a la gente de Ferguson, de esta región, sino de contener a los que están ahogando la voz de las personas con sus acciones”, defendió Nixon.

El toque de queda entró en vigor ayer a la medianoche y estará vigente hasta las 5:00 de la mañana (hora local), según especificaron las autoridades locales en una rueda de prensa conjunta con el gobernador, que se desplazó hasta la localidad.

“Por la mañana esta comunidad se levantará con el sol para renovar su búsqueda de justicia”, agregó el gobernador en una comparecencia en una iglesia local a la que acudieron ciudadanos de Ferguson que interrumpieron a las autoridades con reclamos de justicia y pidieron cargos criminales contra el policía.

Nixon indicó que ha hablado con el fiscal general, Eric Holder, y el Departamento de Justicia está reforzando la investigación sobre este caso, que desató las tensiones raciales en un municipio de 21,000 habitantes, en el que dos tercios de la población es afroamericana.

“Esta es una prueba de si una comunidad –esta comunidad, cualquier comunidad– puede romper el ciclo del miedo, la desconfianza y la violencia y sustituirlos por la paz, la fuerza y en última instancia la justicia”, agregó Nixon.

Disturbios y saqueos

La información difundida por la Policía de Ferguson sobre la muerte del joven afroamericano Michael Brown a manos de un agente indignó a los cientos de personas que volvieron a manifestarse la noche del viernes, por sexto día consecutivo, en una protesta que comenzó pacífica pero terminó con altercados.

No fue hasta pasada la madrugada que lo que había sido una jornada tranquila e incluso festiva terminó con destrozos en varios negocios, saqueos, y tensión entre Policía y manifestantes, informaron medios locales.

Pasada la medianoche del viernes, la Policía incrementó su presencia en el lugar de la protesta para garantizar la seguridad pero poco después varias decenas de personas se colocaron en el medio de la calle frente a ellos y avanzaron con las manos en alto (la posición en la que murió Brown el 9 de agosto, según los testigos) pese a la advertencia de “arrestos y otras acciones” si no se dispersaban.

Aunque esta fuerte tensión duró más de tres horas y se pudieron ver algunos lanzamientos de objetos a los policías, los agentes no se movieron de sus posiciones y mantuvieron una actitud muy contenida para evitar una escalada mayor de la violencia, como había ocurrido en jornadas anteriores.

A pesar de la lluvia que cayó sobre Ferguson toda la noche, unos 200 manifestantes mantuvieron su protesta, mientras que líderes y miembros de la comunidad trataban de bloquear las entradas de los negocios para evitar los saqueos.

A esa hora la presencia policial ya había disminuido, al tiempo que lo había hecho el número de personas en la protesta, de manera que la larga madrugada de tensión terminó sin enfrentamientos entre agentes y manifestantes como los registrados en días anteriores.

La tregua que se vivió el jueves gracias a una nueva estrategia policial más conciliadora no hacía prever que el viernes volvieran los disturbios, pero la información policial sobre el suceso revelada en esa jornada reavivó la ira de los manifestantes.

La Policía local ha tardado casi una semana en facilitar la identidad del agente que mató a Brown, pese a las peticiones de la familia y la comunidad, y lo hizo al mismo tiempo que divulgaba por primera vez un video del joven como supuesto sospechoso del robo de cigarrillos en una tienda cercana al lugar del suceso.

La aparición de este video, al que la Policía no había hecho mención alguna hasta ahora, seis días después del incidente y en el mismo momento en que identificaba al agente como Darren Wilson, ha soliviantado a la familia de Brown y a los manifestantes, que lo ven como un intento de desviar la atención y criminalizar al joven.

Wilson es un policía caucásico de 28 años que ha patrullado los suburbios de San Luis durante seis años y previamente no tenía quejas en su contra, dicen autoridades. —AGENCIAS