La tragedia del avión surcoreano que fue derribado por la URSS

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elsalvador.com

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2014-07-19 8:00:00

Las sospechas que se tejen sobre los verdaderos motivos del derribo del avión Boeing 777-200 ER de la aerolínea Malaysia Airlines y con 298 personas a bordo el pasado 17 de julio en la conflictiva frontera de Rusia y Ucrania, trajo a la memoria el caso de otra aeronave comercial que fue derribada en plena Guerra Fría en 1983.

Tras el incidente del jueves, el gobierno de Ucrania y las fuerzas prorrusas se han acusado mutuamente de derribar el avión. Desde inicios de año el este de Ucrania vive en conflicto contra un grupo de rebeldes que, con la aprobación de Rusia, buscan separarse de la exrepública soviética para anexarse al Kremlin.

Ese caso trae a la memoria lo ocurrido hace 31 años, cuando –desviado de su ruta original y con 240 pasajeros y 29 tripulantes– el vuelo 007 de Korean Airlines fue atacado la madrugada del 1 de septiembre de 1983.

Según recordó el periódico español ABC, la aeronave surcoreana, que cubría el tramo de Nueva York a Seúl, hizo una parada en Alaska para abastecerse de combustible.

Al partir de ese estado, ubicado en el extremo noroeste de América del Norte, el piloto confundió el destino del vuelo y lo dirigió accidentalmente hacia la península de Vladivostok (en Siberia), donde la URSS mantenía su arsenal nuclear.

A la altura de la península rusa de Kamchatka los radares soviéticos captaron la intromisión del avión de Korean Airlines en su espacio aéreo y mandaron a un caza a reconocerlo y “disuadirlo”. Las maniobras de advertencia, diseñadas para sus vehículos militares, no fueron detectadas por el avión comercial.

Además, ese mismo día una nave espía de la Fuerza Aérea estadounidense sobrevoló la zona para medir la capacidad de los radares rusos. Su señal se confundió con la del avión de pasajeros, que no respondió a las indicaciones y fue derribado con misiles aire-aire.

El avión de pasajeros fue impactado, pero no cayó a tierra de inmediato. Este logró mantenerse en vuelo durante cinco minutos, pero poco después descendió en espiral e impactó cerca de la isla de Sajalín. Todos los pasajeros murieron.

La Organización de Aviación Civil Internacional (OACI) dispone de procedimientos, reconocidos internacionalmente, para abordar y tratar situaciones en las que aviones civiles se salen de su rumbo. Los rusos no siguieron esos procedimientos establecidos por la OACI antes de atacar la aeronave.

Desde los primeros días después del derribo, la propaganda y el mecanismo de desinformación soviéticos estuvieron trabajando a toda máquina con el fin de inculpar a cualquiera menos a si mismos.

Durante ese año su maquinaria estuvo fabricando mentiras en profusión con la esperanza de convencer a los defensores de la teoría de la conspiración en Estados Unidos y en el extranjero de que el 007 era un avión espía.

Condena internacional

La condena al ataque fue inmediata. Mientras la Unión Soviética recién reconoció haber derribado al avión una semana después y solo entregó el contenido de la caja negra del mismo después de caído el régimen, Estados Unidos condenó severamente los hechos.

El entonces presidente de EE. UU., Ronald Reagan, dio un mensaje a la nación en el que calificó el hecho de “masacre” y un “crimen contra la humanidad que nunca debe ser olvidado”.

Los republicanos han comparado esa contundencia de Reagan con la reacción de Obama entorno al derribo del avión de Malaysia Airlines.

Reagan también indicó en ese entonces que el sistema de GPS –que en ese momento aún estaba en desarrollo– pasaría a uso civil una vez perfeccionado para evitar errores de ruta como pasó con el vuelo surcoreano.

Una investigación del caso fue difícil, debido a la negativa de los soviéticos para entregar los registros de vuelo del avión.

El régimen ruso informó que el avión de pasajeros había violado dos veces el espacio aéreo soviético; dichos que no fueron creídos por Corea del Sur ni por los Estados Unidos ya que el capitán Chun Byung-in era un piloto muy experimentado.

Se intentó recuperar las cajas negras pero no fueron halladas por los estadounidenses o por los sudcoreanos, ya que habían sido recuperadas por los soviéticos previamente y guardadas bajo llave.

Las cajas negras fueron entregadas 10 años después por la nueva administración rusa y entonces se supo la verdadera causa del accidente.

Pero ésta no fue la primera ocasión en que los soviéticos derribaron un avión civil.

En 1978, cuando un 707, también de Korean Airlines, con 97 personas a bordo se desvió y acercó a Murmansk, el piloto del caza interceptor soviético identificó al avión confirmando su naturaleza civil, pero se le ordenó que lo derribara de todos modos.

En aquella ocasión murieron dos personas, porque el piloto del 707 consiguió aterrizar sobre un lago helado.