Colombianos listos para elegir presidente y reducir abstención

Proceso de diálogo con la guerrilla ha centrado la campaña que ha sido la más polémica en años

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elsalvador.com

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2014-06-13 9:00:00

COLOMBIA. Los colombianos se aprestan para elegir mañana en segunda vuelta a su presidente para el periodo 2014-2018 en una jornada para la que están habilitados 32.9 millones de electores y en la que puede ser determinante la abstención, que en la primera ronda fue del 59.93 %.

Los dos aspirantes: el presidente Juan Manuel Santos, que busca la reelección como candidato de la coalición Unidad Nacional y es apoyado por partidos de izquierda, y Óscar Iván Zuluaga, del movimiento uribista Centro Democrático, manifestaron ayer su confianza en el triunfo pese a que las últimas encuestas, de hace una semana, reparten por igual el favoritismo del electorado.

La campaña presidencial ha sido la más polémica de los últimos años y se ha centrado en gran medida en un solo punto: la receta de Santos para poner fin a medio siglo de conflicto con la guerrilla.

El presidente con educación universitaria estadounidense dice que la paz está a la vuelta de la esquina luego de 18 meses de morosas conversaciones en Cuba que él esperaba haber concluido hace meses.

Y Zuluaga, un exministro de Hacienda que nunca deja de hacer alarde de sus raíces provincianas, acusa a Santos de vender el país a una insurgencia que ya está contra las cuerdas.

Candidato escogido a dedo por el expresidente Alvaro Uribe, quien sigue cumpliendo un papel protagónico la política colombiana, Zuluaga fue el candidato más votado entre los cinco que se presentaron en la primera ronda el 25 de mayo.

Zuluaga ha fijado lo que parecen ser condiciones inaceptables para continuar las negociaciones si gana: los rebeldes deben detener todas las actividades militares y muchos tendrían, en esencia, que aceptar ir a prisión.

Las expectativas de paz han dividido al país en dos y las encuestas de opinión indican que los dos candidatos están empatados.

Uribe y Zuluaga dicen que la paz que Santos negocia significaría que “asesinos terroristas” llegarán al Congreso. Por su parte, Santos niega que permitiría que criminales de guerra se salgan con la suya.

Según Santos, en todo el país ha “palpado” el “entusiasmo” de la ciudadanía con su propuesta centrada en la paz con las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) y el Ejército de Liberación Nacional (ELN), los dos grupos guerrilleros con los que su Gobierno dialoga.

La ironía es que Santos, primero como ministro de Defensa de Uribe y después en sus primeros dos años como presidente, dirigió unas fuerzas armadas nacionales, respaldadas por Estados Unidos, contra las debilitadas FARC en operaciones que aniquilaron a los principales dirigentes de la guerrilla y devastaron campamentos rebeldes en las selvas con golpes aéreos de precisión.

Uribe es un franco opositor de una paz negociada con las FARC y considera las conversaciones de paz de Santos una afrenta personal, al punto que ha usado Twitter incesantemente para criticar a su exministro de Defensa.

Sin embargo, el proceso de paz también “ocupa un lugar bajo en la lista de prioridades de la mayoría de los colombianos”, señalan sondeos. Una encuesta Gallup realizada a principios de este mes encontró que menos del 5 % de los encuestados opinan que las conversaciones con las FARC deben ser una prioridad para el próximo presidente

Pero mientras, tanto Santos como Zuluaga, que fueron ministros de Uribe, han forjado sus propias alianzas y sumado adhesiones de diferentes sectores en las tres últimas semanas, pero su gran desafío está en atraer el voto de los indecisos y principalmente de los desencantados con la política que no se entusiasman con ninguno de los dos.

De los casi 33 millones de ciudadanos llamados a las urnas, en la primera vuelta sólo votaron 13.2 millones, es decir el 40.07 %, lo que significa que casi 20 millones prefirieron no votar, y si una porción de ese electorado decide hacerlo mañana será decisiva en el resultado.

La abstención en esa primera vuelta fue la más alta de los últimos veinte años en el país, donde el voto no es obligatorio.

“Aspiramos a que en la segunda vuelta la participación aumente por lo menos en diez puntos con respecto a la primera para darle mayor legitimidad a los resultados”, dijo ayer a la agencia Efe Carlos Ariel Sánchez, titular de la Registraduría Nacional del Estado Civil, entidad encargada de convocar y organizar las elecciones.

La Registraduría instalará mañana 89,389 mesas distribuidas en 10,642 puestos de votación en todo el país, los mismos números de la primera vuelta.—AGENCIAS.