No hay permisos a niños migrantes solos, dice EE. UU.

El secretario de Seguridad Nacional recalcó que no habrá algún tipo de amnistía para los niños y que serán deportados

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elsalvador.com

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2014-06-24 7:00:00

WASHINGTON. El secretario de Seguridad Nacional estadounidense, Jeh Johnson, negó ayer la existencia de algún permiso para que los menores indocumentados que cruzan solos la frontera puedan quedarse en el país, mientras insistió en que serán deportados.

Durante una audiencia ante el Comité de Seguridad Nacional de la Cámara de Representantes, el funcionario criticó que traficantes de personas están exhortando a familias, en lo fundamental centroamericanas, a enviar a sus hijos a Estados Unidos, para acogerse a una supuesta entrega de la ciudadanía.

El documento que se emite a nombre del niño detenido por la patrulla fronteriza no es un permiso, sino un aviso de comparecencia en un proceso de deportación ante un juez de Inmigración.

“No hay salvoconductos o ‘permisos’ (en español) al final” del camino para los 52 mil menores indocumentados solos que han cruzado la frontera en lo que va del año fiscal (desde octubre de 2013), dejó claro Johnson.

De igual forma, alertó que los menores indocumentados que crucen la frontera no se beneficiarán con la futura aprobación de una reforma migratoria ni con el actual Programa de Acción Diferida (DACA, por sus siglas en inglés).

Dicha iniciativa ha beneficiado hasta el momento a unos 600 mil jóvenes residentes sin papeles que llegaron al país cuando eran niños, los denominados dreamers.

Tampoco los menores salvadoreños ni los hondureños se podrán acoger al Estatus de Protección Temporal (TPS), aunque sus padres vivan actualmente en Estados Unidos y tengan ese permiso migratorio temporal.

Sin embargo, reconoció que los niños indocumentados solos no son una “prioridad” a la hora llevar a cabo las deportaciones, ya que “no son un peligro para la seguridad nacional”.

De hecho, “estos niños quieren ser capturados” y cuando cruzan la frontera “corren hacia la patrulla fronteriza” para que los guardias les detengan, explicó.

Dijo que no descartará el uso de efectivos de la Guardia Nacional, como varios legisladores han sugerido, pero advirtió que hay límites para el uso de tropas con el fin de manejar lo que se ha convertido en una crisis humanitaria en la frontera.

“He escuchado los exhortos de algunos para que pongamos a la Guardia en la frontera. Quisiera entender mejor cuáles son las opciones para el uso de la Guardia”, dijo Johnson a los legisladores durante más de dos horas de interpelación. “Pero definitivamente hay algunas limitantes sobre el uso de la Guardia a este respecto, y debemos tenerlas en consideración”.

El funcionario anunció que viajará el 8 y 9 de julio a Guatemala para hablar de esta crisis humanitaria con las autoridades de ese país.

La víspera, la Casa Blanca confirmó que desde octubre pasado unos 52 mil infantes han sido apresados en la frontera sur del país, tratando de llegar al país de forma ilegal.

Estimaciones oficiales indican que para fines de septiembre próximo, ese número podrían sobrepasar los 90 mil.

A la vez, el gobierno lidia con más de 39,000 adultos con niños sorprendidos cruzando ilegalmente la frontera. Un número desconocido de esos inmigrantes han sido dejados en libertad con la instrucción de que se reporten a las oficinas del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) cercanas al lugar a donde se dirigen dentro de EE. UU.

Las oleadas de niños no acompañados que arriban a esta nación norteña ha sido calificada por la administración del presidente Barack Obama como una crisis humanitaria urgente.

Hasta el momento, el gobierno habilitó tres bases militares en Oklahoma, Texas y California, donde los menores permanecen recluidos.

Días atrás, medios de prensa como el diario Daily Mail denunciaron que miles de estos pequeños permanecen hacinados en celdas de concreto insalubres de la Policía Fronteriza, y duermen en el piso.

Las imágenes de infantes hacinados en refugios temporales han reanimado las críticas hacia la mayoría republicana en la Cámara Baja, reacia a avanzar en la discusión de modificaciones a las leyes de inmigración y naturalización.

—AGENCIAS.